miércoles, 30 de enero de 2013

Lo que la gente lamenta antes de morir.


Cinco cosas que la gente lamenta antes de morir.
Adaptación de  una publicación  en la red, de ANGELES AMOR.



Bronnie Ware es una enfermera que pasó muchos años atendiendo  pacientes terminales en sus últimas 12 semanas de vida. Le impactó tanto la experiencia que decidió contarla en un controvertido libro titulado ‘Los cinco mejores lamentos de los que van a morir’.

Ninguna mención al sexo, tampoco irse sin haber probado experiencias vibrantes o no haber cumplido con otros clásicos, como escribir un libro o plantar un árbol.
Ware habla de la claridad y de la visión espectacular que  tiene la gente al final de sus vidas, y cómo podemos aprender de su sabiduría. "Cuando les preguntaba de qué se arrepentían o si hubieran hecho algo de manera diferente, casi siempre me respondían lo mismo".

"La lista era larga, pero en el libro traté de centrarme en los cinco más comunes", explica la autora.  Estas son las "confesiones sinceras y reales de las personas que cuidé en su lecho de muerte".

1. Ojalá hubiera vivido a mi manera
Muchos se quejaban de no haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a sí mismos, sino a lo que los demás esperan de ellos.
"Cuando se dan cuenta que su vida está a punto de terminar y miran hacia atrás, es fácil ver cuántos sueños se han quedado en el camino. La mayoría no había cumplido aún ni la mitad de sus sueños y tenía que morir sabiendo que era debido a las decisiones que habían tomado".

2. Ojalá no hubiera trabajado tan duro
Ware afirma que ésta era la frase más repetida por los pacientes de sexo masculino.

Casi todos los hombres que cuidó sufrían por haberse perdido la infancia de sus hijos, la juventud de sus hijos y lamentaban no haber disfrutado más de la compañía de su pareja. Sentían que habían malgastado tanto sus vidas; comprendieron tarde que no se debe basar la existencia en el trabajo. "

3. Ojalá hubiera tenido el coraje de expresar mis sentimientos
A menudo las personas renuncian a sus sueños e ideales por el bien de los demás.

Ocultan sus sentimientos con el fin de mantener la paz de su entorno. Como resultado, se conforman con una existencia mediocre y nunca llegan a ser lo que en realidad quieren ser o lo que realmente son capaces de hacer. "El origen de muchas enfermedades tiene relación con la amargura, la frustración y el resentimiento que esto conlleva".

4. Ojalá hubiera mantenido el contacto con mis amigos
"Casi todos se acordaban de sus viejos amigos y recordaban con pesar los mejores momentos vividos a su lado, lamentando no haber sido capaces de mantener esa amistad con el paso de los años. Querían despedirse de ellos, pero no siempre fue posible localizarlos".

"A veces nos sentimos tan absorbidos por nuestras propias vidas, que es como si estuviéramos atrapados y renunciamos a uno de los mayores tesoros de la vida, la amistad.

He sido testigo de la profunda pena y arrepentimiento que esto ha ocasionado a mis pacientes, les atormentaba no acerca haber dedicado a sus verdaderos amigos el tiempo y esfuerzo que merecían. Todo el mundo echa de menos a sus amigos cuando se están muriendo", añade la enfermera.

5. No he sabido ser feliz
Otra revelación sorprendente: muchos de los pacientes no se dan cuenta hasta el final de sus vidas de que la felicidad es una elección. Se quedan atascados en viejos patrones y hábitos. El llamado ‘confort de familiaridad’ interfiere con su salud emocional.

Por eso insisto que uno de los principios claves para la vida es entender que lo único que necesito para ser feliz es una actitud agradecida ante la vida.
La queja es un imán para la desgracia.

Nos quejamos tanto de lo poco que nos hace falta que dejamos de agradecer lo mucho que tenemos.

Es fácil agradecer cuando las cosas están bien. ¡Por supuesto!, cualquiera lo hace. Pero, la verdadera gratuidad se forja es cuando las cosas están complicadas.

El miedo al cambio les lleva a pensar que están contentos con lo que tienen, cuando en el fondo anhelaban hacer otras cosas, como reírse más y hacer tonterías, así concluye la autora de este interesante libro, Bronnie Ware.

lunes, 21 de enero de 2013

Tu eres un ángel para alguien.



TU ERES UN ÁNGEL PARA ALGUIEN.

Había una vez una niñita sentada en un parque. Todos pasaban por su lado y nadie se detenía a preguntarle que le ocurría. Vestida con un traje descolorido, zapatos rotos y sucios, la pequeña niña se quedaba sentada mirando a todo el mundo pasar. Ella nunca trato de hablar, no dijo ni una sola palabra. Muchas personas pasaron pero nadie se detuvo.

Al día siguiente yo decidí volver al parque a ver si la pequeña niña estaba ahí. 
Sí, ¡ahí estaba!, en el mismo lugar en el que estaba ayer. Con la misma mirada de tristeza en sus ojos.Me dirigí hacia ella y al acercarme noté que en su espalda había una joroba. Ella me miró con una tristeza tan profunda que me rompió el alma. Me senté a su lado y sonriendo le dije: "hola". 

La pequeña me miró sorprendida y con una voz muy baja respondió a mi saludo.
Hablamos hasta que los últimos rayos de sol desaparecieron. Cuando sólo quedábamos nosotros dos y todo era oscuridad, le pregunté por qué estaba tan triste.
La niña me miro y con lágrimas en sus ojos me dijo: "porque soy diferente".
Yo le respondí con una sonrisa: "lo eres".
Y ella dijo aun más triste: "lo sé".
Le contesté: "pequeña, ser diferente no es malo. Tú me recuerdas a un ángel dulce e inocente".
Ella me miró, se sonrió y por primera vez sus ojos brillaron con la luz de la alegría. 
Despacio se levanto y me dijo: "¿es cierto lo que acabas de decir?"
Le respondí: "eres como un pequeño ángel guardián enviado para proteger a todos los que caminan por aquí"
Ella movió su cabeza afirmativamente y sonrió.
Ante mis ojos algo maravilloso ocurrió. Su joroba se abrió y dos hermosas alas salieron de allí. Me miró sonriente y me dijo: "yo soy tu ángel guardián"
Yo no sabía qué decir.
La niña me dijo: "por primera vez pensaste en alguien más. Mi misión está cumplida".
Me levanté y le pregunté por qué nadie la había ayudado.
Ella me dijo: "tú eras la única persona que podía verme".
¡Y ante mis ojos desapareció!. 

Después de ese encuentro mi vida cambió dramáticamente.

Como la historia nos enseña ¡todos necesitamos a alguien!. Cada uno de tus amigos es, a su manera, un ángel. El valor de un amigo solamente puede ser medido con el corazón

domingo, 20 de enero de 2013

Así te amo


ASÍ TE AMO.
Francisco Almeida
 

¡Te Amo…! Con el silencio que ahoga y el grito que desgarra,
con la ilusión del mañana y la incertidumbre de hoy…

¡Te Amo…! En cada despertar y en cada nuevo día.

En el anochecer que no termina y en el agónico celo que me anima.

¡Te Amo…! Con el temor del adiós y la alegría del encuentro,
con la esperanza que se anida y el temor de una partida.

¡Te Amo…! En mis pensamientos, en los latidos de mi corazón,
en mi sangre, en mis venas y en la angustiánte lágrima del desencuentro.

¡Te Amo…! Con la premura de la caricia oculta y el beso nunca dado,
como la chispa que enciende grandes fuegos que duermen en el alma.

¡Te Amo…! Con la pasión adolescente y la serenidad de lo aprendido,
con la ansiedad de lo prohibido y la claridad de lo sentido.

¡Te Amo…! En la orfandad de un corazón herido,
en la soledad angustiánte de un olvido.

¡Te Amo…! En el silencio de mis pensamientos
y en las profundidades de lo que llevo dentro.

¡Te Amo…! Como la tempestad ama los vientos,
las arenas al mar violento y el cielo sus estrellas.

¡Te Amo…! En el infinito mundo del deseo,
más allá de los cuerpos… más allá de los tiempos.

¡Te Amo…! Con libertad de vuelo
por sobre el firmamento.

Con ilusión de vientos transponiendo desiertos.

¡Te Amo…! Cual la lluvia a los prados de invierno,
o la joya preciada que guardaré por siempre
en el rojizo cofre de mi pecho… latiendo.

¡Te Amo…! En la simpleza de las cosas profundas
que han de morir conmigo si es que tu no me ayudas.

¡Te Amo…! Más allá de la tierra
en su infinita danza,
que conjuga los tiempos
de un círculo en dos lanzas.

¡Te Amo…! En los silencios que interrumpiera el eco
de una bella palabra.

¡Te Amo…! En el delirio de lo que estando cerca
nuestra mano no alcanza.

¡Te Amo…! En la armonía del sol sobre las aguas,
en la melancolía de aquello que se guarda.

En lo que no se ha dicho y estalla en la mirada.

De lo llevado oculto que siendo Todo, es nada.

¡Te Amo…! En el lirismo de lo más anhelado
y en la irreal quimera de lo que se ha soñado.
¡Te Amo…!
Sin causa ni razón que me lo explique,
sin base, ni sustento, irrazonablemente,
sin motivo.

¡Te Amo…! Porque ¡Te Amo…!
Sin sentido.
¡Te Amo…! Más allá de ti misma
Más allá del sentido.
¡Te AMO porque Te AMO…!
¿Sabes Porqué…?
¡Porque nunca podría ser Tu Amigo…!
 

sábado, 19 de enero de 2013

CONFIANZA


Poema a la CONFIANZA.
Autor: Desconocido.


Si alguna vez adviertes que te miro a los ojos,  y una veta de amor reconoces en lo míos, no pienses que deliro, piensa simplemente que puedes contar conmigo.


Si otras veces me encuentras huraño, sin motivo, no pienses que es flojera, igual puedes contar conmigo.


Pero hagamos un trato, yo quisiera contar contigo, es tan lindo saber que existes, uno se siente vivo, y cuando digo esto no es para que vengas corriendo en mi auxilio, sino para que sepas que tu siempre puedes contar conmigo


.


viernes, 4 de enero de 2013

Cuatro miedos.



Cuatro grandes miedos 
¿Cuál de ellos vive en ti? 

Miedo a la Soledad   
 Hay dos opciones que te propongo considerar. La primera es que el ego trabaja en su banal causa de hacerte creer que realmente estás sólo, que tu estás unido a los demás con el fin de sentirte protagonista de la vida y encontrar el reconocimiento, en todos los niveles que te imagines, en la familia, en la pareja, en el grupo de amistades, en el trabajo y en la sociedad.

 La segunda opción es que el Espíritu desea que recuerdes que eres parte de una totalidadQue tú siempre estás unido a la energía integradora de Dios, del Universo o como desees llamarle, que se manifiesta en una llama interior que tú posees, en una luz que debes expandir.

 Cuando le das fuerza a esa luz interior, comienzas a mirar con los ojos de tu corazón y empiezas a ser consciente de que siempre tienes compañía. Es la compañía con tu ser interior y con tu Creador Supremo.

 Llegarás a comprender que la soledad es una maravillosa oportunidad para compartir contigo mismo y justamente en este momento, empezarán a aparecer aquellas personas que vibrarán con tu misma sintonía e intensidad.

Miedo a la Escasez
 Superar el miedo a estar sin dinero u oportunidades para ser cada vez más abundante, requiere de un trabajo contigo mismo. Debes darte la oportunidad para considerar que tus emociones sientan ese “deseo de merecer lo mejor para tu vida”. El sentimiento de víctima, es una señal de que el fantasma del miedo está invadiéndote.

Hay una palabra de siete letras que, cuando la repites, da claridad al estado de abundancia que hoy tienes. Esta palabra es“GRACIAS”.

Cuando agradeces por todo lo que tienes en este momento y por lo que llegará a ti, comienzas a percibir todas las cosas que el Universo te ofrece cada día.

Gracias, por abrir los ojos este día de hoy, por poder respirar un día más. Gracias por la cama donde duermo, por las situaciones que parecen adversas; pero me dejan sabiduría. Gracias, por la sonrisa que me regaló esa persona que no conozco. Gracias, por tener trabajo, por la comida caliente, por la taza de café de esta mañana. Gracias, por estas lecturas que llegan a mi para nutrirme, para aprender, para conocer, para elegir que camino seguir, a pesar de la edad que tengo.

Agradece y, en poco tiempo, todos tus deseos comenzarán a materializarse.

Miedo a la Enfermedad  
La enfermedad es un desequilibrio de tu estado de conciencia. Cuando empiezas a sentirte débil, claro está que perdiste tu fortaleza interior. “Enfermedad”, es una palabra compuesta del latín “in-firmus”, que significa “Sin Firmeza”.

Si comienzas a erradicar las auto-culpas, estarás dejando las cárceles del saboteo mental y te liberarás de estas ataduras.

El filósofo Platón dijo: “mente sana en cuerpo sano”. Piensa positivo respecto de ti mismo. La enfermedad se contagia, como se puede contagiar la salud.

Reconcíliate con el pasado, perdona en tu corazón todos los sucesos de dolor y llena tu corazón de alegría y paz.

Permanece también en silencio, porque Dios te hablará en este espacio de meditación.

 El remedio para la enfermedad es el Amor.
Te darás cuenta que, de todos los medicamentos, el amor también crea adicción. Conviértete en un “adicto al amor” y estarás cada vez más sano y lleno de vitalidad.

 El mundo necesita que estés saludable, para poder cumplir tu rol de ser un gestor de cambios en este mundo, que necesita curar su alma.

Si hay algo de lo que podemos estar seguros es que, cuando Dios lo disponga, partiremos de esta vidaCuando el médico nos da la primer nalgada para que comencemos a respirar, se activa la cuenta regresiva; ese tic-tac que nos indica que vamos yendo hacia el día que debamos parar. Es por eso que la vida es un constante “Pre-parar”, es decir, una invitación a trascender en cada instante vivido, hasta que llegue tu turno de “parar”

Miedo a la Muerte 
Cierra tus ojos un momento e imagina que hace una semana que has muerto y que estás en el cementerio visitando tu  propia tumba. Miras tu lápida y lees tu nombre, tus fechas de nacimiento y de partida de este mundo. A continuación, piensa en cuál es la frase que escribiría la humanidad acerca de ti, en tu propia lápida.¿Qué dirían de ti? ¿Que fracasaste en muchas de las áreas de tu vida?; ¿Que la gente agradece que hayas partido, porque les hiciste la vida amarga?; o ¿Que sienten profundamente tu partida y que dejaste un espacio vacío en la humanidad, que nunca nadie podrá llenar?

Escribe en un papel que es lo que deseas que quede grabado en la piedra, cuando partas de este mundo. Trabaja, día tras día, para acercarte a este enunciado que declaras.

El miedo a la muerte se supera, cuando tu meta es proyectarte en un amor sin condiciones, que vivirá en la memoria y en los corazones de todas las personas con quien hiciste contacto en la vida.

¿Interesante no?