martes, 15 de diciembre de 2020

Las Uvas del Tiempo.



 

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lunes, 14 de diciembre de 2020

LAS UVAS DEL TIEMPO.


Las Uvas Del Tiempo.

Andrés Eloy Blanco. (Madrid 1923)



 Dedicado a los venezolanos, en cualquier lugar del mundo donde se encuentren.


Para leerlo mientras se escucha.


Las Uvas Del Tiempo.

Andrés Eloy Blanco. (Madrid 1923)

 

Madre: esta noche se nos muere un año.


En esta ciudad grande, todos están de fiesta; zambombas, 

serenatas, gritos, ¡ah, cómo gritan!; claro, como que todos tienen su madre cerca...

 

¡Yo estoy tan solo, madre, tan solo!; pero miento, que ojalá lo estuviera; estoy con tu recuerdo, y el recuerdo es un año pasado que se queda.

 

Si vieras, si escucharas este alboroto: hay hombres vestidos de locura, con cacerolas viejas, tambores de sartenes, cencerros y cornetas; el hálito canalla de las mujeres ebrias; el diablo, con diez latas prendidas en el rabo, anda por esas calles inventando piruetas, y por esta balumba en que da brincos la gran ciudad  histérica, mi soledad y tu recuerdo, madre, marchan como dos penas.

 

Esta es la noche en que todos se ponen en los ojos la venda, para olvidar que hay alguien que está cerrando un libro, para no ver la periódica liquidación de cuentas, donde van las partidas al haber de la muerte, por lo que viene y por lo que se queda, porque lo que sufrimos se ha perdido y lo gozado ayer es una perdida.

 

Aquí es de tradición que en esta noche, cuando el reloj anuncia que el Año Nuevo llega, todos los hombres coman, al compás de las horas, las doce uvas de la Noche Vieja.

 

Pero aquí no se abrazan ni gritan: ¡FELIZ AÑO!, como en los pueblos de mi tierra; en este gozo hay menos caridad; la alegría de cada cual va sola, y la tristeza del que está al margen del tumulto acusa  lo inevitable de la casa ajena.

 

¡Oh nuestras plazas, donde van las gentes, sin conocerse, con la 

buena nueva!


Las manos que se buscan con la efusión unánime de ser hormigas de la misma cueva; y al hombre que está solo, bajo un árbol, le dicen cosas de honda fortaleza: «¡Venid compadre, que las horas pasan; pero aprendamos a pasar con ellas!»

 

Y el cañonazo en la Planicie, y el himno nacional desde la iglesia, 

el amigo que viene a saludarnos: «feliz año, señores», y los criados 

que llegan a recibir en nuestros brazos el amor de la casa buena.

 

Y el beso familiar a medianoche: «La bendición, mi madre» 


«Que el Señor te proteja...»


Y después, en el claro comedor, la familia congregada para la cena, con dos amigos íntimos, y tú, madre, a mi lado, y mi padre, algo triste, presidiendo la mesa.

 

¡Madre, cómo son ácidas las uvas de la ausencia!

 

¡Mi casona oriental! Aquella casa con claustros coloniales, portón y 

enredaderas, el molino de viento y los granados, los grandes libros de la biblioteca, mis libros preferidos: tres tomos con imágenes que hablaban de los reinos de la Naturaleza.

 

Al lado, el gran corral, donde parece que hay dinero enterrado desde la Independencia; el corral con guayabos y almendros, el corral con peonías y cerezas y el gran  parral que daba todo el año uvas más dulces que  la miel de las abejas.

 

Bajo el parral hay un estanque; un baño en ese estanque sabe a Grecia; del verde artesonado, las uvas en racimos, tan bajas, que del agua se podría cogerlas, y mientras en los labios se desangra la uva, los pies hacen saltar el agua fresca.

 

Cuando llegaba la sazón tenía cada racimo un capuchón de tela, 

para salvarlo de la gula de las avispas negras, y tenían entonces 

una gracia invernal las uvas nuestras, arrebujadas en sus telas blancas, sordas a la canción de las abejas...

 

Y ahora, madre, que tan sólo tengo las doce uvas de la Noche

Vieja, hoy que exprimo la uva de los meses sobre el recuerdo de la viña seca, siento que toda la acidez del mundo se está metiendo en ella, porque tienen el ácido de lo que fue dulzura las uvas de la ausencia.

 

Y ahora me pregunto:

¿Por qué razón estoy yo aquí?


¿Qué fuerza pudo más que tu amor, que me llevaba a la dulce 

anonimia de tu puerta?


¡Oh miserable vara que nos mides!


¡El Renombre, la Gloria..., pobre cosa pequeña!


¡Cuando dejé mi casa para buscar la Gloria, cómo olvidé la Gloria que me dejaba en ella!

 

Y esta es la lucha ante los hombres malos y ante las almas buenas; yo soy un hombre a solas en busca de un camino.

 

¿Dónde hallaré camino mejor que la vereda que a ti me lleva, madre; la vereda que corta

por los campos frutales, pintada de hojas secas, siempre recién llovida, con pájaros del trópico, muchachas de la aldea, hombres que dicen: «Buenos días, niño», y el queso que me guardas siempre para merienda?


Esa es la Gloria, madre, para un hombre que se llamó fray Luis y era poeta.

 

¡Oh mi casa sin críticos, mi casa donde puede mi poesía andar como una reina!

¿Qué sabes tú de formas y doctrinas, de metros y de escuelas?


Tú eres mi madre, que me dices siempre que son hermosos todos mis poemas; para ti, yo soy grande;  cuando dices mis versos, yo no sé si los dices o los rezas...

 

¡Y mientras exprimimos en las uvas del Tiempo toda una vida absurda, la promesa de vernos otra vez se va alargando, y el momento de irnos está cerca, y no pensamos que se pierde todo!

 

¡Por eso en esta noche, mientras pasa la fiesta y en la última uva libo la última gota del año que se aleja, pienso en que tienes todavía, madre, retazos de carbón en la cabeza, y ojos tan bellos que por mí regaron su clara pleamar en tus ojeras, y manos pulcras, y esbeltez de talle, donde hay la gracia de la espiga nueva; que eres hermosa, madre, todavía, y yo estoy loco por estar de vuelta, porque tú eres la Gloria de mis años y no quiero volver cuando estés vieja!...

 

Uvas del Tiempo que mi ser escancia en el recuerdo de la viña seca, ¡cómo me pierdo, madre, en los caminos hacia la devoción de tu vereda!

 

Y en esta algarabía de la ciudad borracha, donde va mi emoción sin compañera, mientras los hombres comen las uvas de los meses, yo me acojo al recuerdo como un niño a una puerta.


Mi labio está bebiendo de tu seno, que es 

el racimo de la parra buena, el buen racimo 

que exprimí en el día, sin hora y sin reloj de mi inconsciencia.

 

Madre, esta noche se nos muere un año; todos estos señores tienen su madre cerca, y al lado mío mi tristeza muda tiene el dolor de una muchacha muerta...

 

Y vino toda la acidez del mundo a destilar sus doce gotas trémulas,  cuando cayeron sobre mi silencio las doce uvas de la Noche Vieja.


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domingo, 13 de diciembre de 2020

La Clase de hoy: Inmoral

 

La Clase de hoy:

Un buen tema de conversación.

 

Inmoral.


Como inmoral denominamos todas aquellas acciones, conductas y comportamientos que se oponen a la moral. La palabra, como tal, se forma con el prefijo in-, que indica negación, y la palabra moral.

La moral es el conjunto de normas, valores, costumbres y creencias tradicionalmente consideradas buenas dentro de una sociedad y una época determinada, y que, como tales, son tenidas como modelo de conducta. En este sentido, lo inmoral vendría a ser lo contrario a todo esto y, por lo tanto, un antivalor.

La inmoralidad, pues, supone actuar u observar conductas que atenten contra los valores y creencias de la sociedad. Así, actos inmorales serían mentir, robar, engañar, estafar, traicionar, traicionar, ser desleal, etc.

De este modo, es inmoral copiarnos en un examen, mentir a nuestros padres, culpar a otros por nuestros errores, tener dos parejas al mismo tiempo sin que estas lo sepan, trabajar para una empresa y a la vez para la competencia, entre muchas otras cosas. 

Inmoral es también la persona que practica actos inmorales. Son inmorales los delincuentes, los mercenarios, los políticos corruptos, los banqueros deshonestos, los explotadores laborales, etc.

Sinónimos de inmoral son deshonestos, condenables, indecentes, obscenos, depravado o corrompido. Antónimos son morales, honestos, rectos, éticos, íntegros. 

Inmoral y amoral son cosas diferentes.

Amoral es toda aquella cosa o persona que carece por completo de moral. Esto significa que no tiene pautas para distinguir entre lo que es correcto y lo incorrecto, lo que es bueno de lo que es malo.  La amoralidad fue planteada como un principio filosófico por Nietzsche según el cual la conducta humana es independiente de los conceptos del bien y del mal moral.

Inmoral, en cambio, es todo aquello o todo aquel que actúa en contra de la moral. En este sentido, en los actos inmorales se tiene efectivamente conciencia de lo que está bien y lo que está mal, y aun así se obra contra lo establecido como bueno o correcto.


FUENTE: https://www.significados.com


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LO QUE NO SABÍAS: Un tema de conversación para VENEZOLANOS.

  La sayona.

“Hace mucho tiempo había una joven mujer que vivía con su esposo, con el cual recientemente había tenido un bebé. La joven tenía por costumbre bañarse en el río, pero era espiada a menudo por un hombre del pueblo. Un día descubrió al mirón y le preguntó que qué estaba haciendo. El hombre, que había sido sorprendido, optó por mentirle diciéndole que estaba allí para anunciarle que su marido le era infiel con otra.

 

Durante la noche, estando ya la familia en casa, el marido musitó en sueños el nombre de su madre. La mujer, celosa y suponiendo que su propia madre era amante de su esposo, prendió fuego a la casa matando al marido y al bebé. Acto seguido, con un cuchillo en la mano, la joven se dirigió a casa de su madre. Tras reclamarle una infidelidad que su progenitora negó, la acuchilló hasta la muerte.

La madre, con su último aliento, le indicó que jamás había sido amante de su esposo y la maldijo por los crímenes que había cometido. Desde entonces la sayona vaga eternamente, persiguiendo a los hombres infieles que caen en sus intentos de seducción acabar con ellos”. 

Una de las leyendas de terror más conocidas del país, la sayona (cuyo nombre proviene de la prenda que llevaba, un sayo) o la mujer del llano nos habla de desconfianza y de celos, así como de la necesidad de respetar y cuidar a las madres. Se dice que la figura de la sayona seduce a los hombres con su belleza para luego llevarles a la llanura. Allí adopta su verdadera forma, con colmillos y garras enormes y afiladas y ojos de color de la sangre, a menudo provocandoles la muerte o la locura.

 

Fuente:  https://psicologiaymente.com/cultura/leyendas-venezolanas


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sábado, 12 de diciembre de 2020

La Clase de hoy:

Un buen tema de conversación.

Qué es la Justicia:



La justicia es un conjunto de valores esenciales sobre los cuales debe basarse una sociedad y el Estado. Estos valores son el respeto, la equidad, la igualdad y la libertad.

En un sentido formal, la justicia es el conjunto de normas codificadas que el Estado, a través de los organismos competentes, dicta, hace cumplir y sanciona cuando no son respetadas, suprimiendo la acción o inacción que generó la afectación del bien común.

La palabra proviene del latín iustitia que significa “justo”, y deriva del vocablo ius.

La justicia se refiere a ser equitativo y dar a cada quien lo que le corresponde por derecho. Las personas que imparten justicia, por tanto, deben hacerlo de manera imparcial, responsable y aplicando el conjunto de reglamentos según la ley.

Sin embargo, aunque en situaciones específicas la justicia pareciera actuar de manera injusta, hay que recordar que se aplica según lo que la sociedad considere moralmente correcto o justificable para el bien común.

Por ejemplo, cuando una persona incumple con sus obligaciones y comete algún acto indebido como robo o estafa, sabe que deberá ser penalizado a través de la justicia por sus acciones y falta de responsabilidad y ética.

 

FUENTE: https://www.significados.com

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LO QUE NO SABÍAS: Un tema de conversación para VENEZOLANOS.

  Caribay y las cinco águilas blancas.

Cinco majestuosas águilas blancas dominan la sierra nevada, así lo contó hace más de cien años Tulio Febres Cordero, reflejando uno de los hermosos mitos de Los Andes,  una historia proveniente de la tradición oral de los pueblos originarios de la cordillera andina, que refiere el origen de los elevados riscos cubiertos de nieve, que vigilan desde las alturas velando por todo el pueblo merideño. Cinco águilas blancas que dominan por todo lo alto.


“Hace muchos años en los Andes, nació la primera de las mujeres de los indígenas Mirripuyes, se llamó Caribay. Era hija del Sol, Zuhé, y la Luna, Chía, poseía una de las voces más hermosas del mundo y era capaz de imitar cualquier ave. Un día la joven Caribay, la cual disfrutaba de la contemplación y admiración del bosque y la naturaleza, vio en el cielo cinco grandes águilas blancas de hermoso plumaje.

Deseando contemplar su belleza e incluso adornarse con sus plumas, las siguió. Persiguió a las aves hasta las montañas, hasta los riscos más altos, pero no pudo seguirlas más allá. Entristecida, cantó invocando a Chía, haciendo que llegara la noche y que esta alumbrara la tierra. El cántico triste de Caribay impresionó a los animales incluyendo a las cinco águilas, las cuales descendieron hasta posarse inmóviles cada una en un risco.

Caribay se acercó entonces al risco más cercano, donde intentó tocar a la primera de las águilas. Sin embargo, al acercar la mano se dio cuenta que las aves se habían congelado. Culpable y asustada, Caribay huyó. Mientras huía, Chía oscureció, algo que provocó que el hielo que cubría a las águilas se deshiciera. Despertaron de nuevo, furiosas, sacudiendo y esparciendo sus plumas blancas.

Las aves se sacudieron una y otra vez, llenando de blanco el lugar. Sus alas provocaron una brisa fría, y sus graznidos se expandieron por el eco. La joven Caribay se refugió, pero una vez dejó de oír a las aves se calmó y pudo ver cómo cada uno de los cinco picos se había cubierto de blanco".

Esta hermosa leyenda nos habla del origen de la nieve en los picos venezolanos, así como el graznido del viento y los vientos fríos propios de las cimas de las montañas. El cántico de Caribay, asimismo, nos recuerda al silbido del viento, elemento al que representa.

La imagen es el monumento a las Cinco Águilas Blancas del escultor merideño Ramón Antonio Albornoz López, ubicado en la redoma del sector Vuelta de Lola.


Fuente:  https://psicologiaymente.com/cultura/leyendas-venezolanas  

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jueves, 10 de diciembre de 2020

Escriben los lectores:

 




Buenos días amigo Roberto, es un gran placer poder saludarlo y agradecerle el envío de su  libro “Lo que una vez nos dijo el Abuelo”. 

Muy fresco y por demás de agradable lectura todo el contenido.  Indudablemente que está dirigido  a sus nietos, pero lo tomo como guía, de cualquier abuelo para sus nietos. 

Además me agradó encontrar lo variado de los pensamientos de tantas personas,  que maravillaron al mundo y que aún permanecen en el tiempo.

Siempre agradecido, le reitero mi estima y aprecio.

Cesar A. Parra Pinto. (Maracay)


lunes, 7 de diciembre de 2020

Si no me escribes, no lo se.

 

Si no me escribes, no lo sé.

Hoy todos queremos expresar nuestros sentimientos escribiendo, pero, ¿quién nos lee?

¿Cómo puede saber el que escribe que sus letras llegaron a la audiencia, si quienes lo leen no le escriben?

Los grandes escritores dicen que la felicidad  está en la lectura. José Luis Borges es muy fértil en este sentido cuando dice: "la felicidad, cuando eres lector, es frecuente". Y la más célebre de todas: "Que otros se jacten de las páginas que han escrito; pero a mí me enorgullecen las que he leído".

Hay otra frase que si mal no recuerdo, es de Juan José Arreola: "Si no lees, no sabes escribir. Si no sabes escribir no sabes pensar".

Así que si no tenemos palabras, si no tenemos lecturas en nuestra memoria que enriquezcan nuestro lenguaje, nuestro pensamiento será muy pobre. Por tanto la lectura es una herramienta fundamental y donde la podemos encontrar es en los libros. Leer es un encuentro con la mente de un autor que puede haber muerto, pero que vive en el texto que se visita y que luego se aloja en nuestra mente.

En suma, el mundo se crea con la palabra y esto no es una visión  religiosa, también lo es en nuestra vida cotidiana: “sólo alcanzaremos a distinguir las formas una vez que tengamos los nombres”.

Podemos existir sin pensar, y entonces el pensamiento se convertirá en un ruido que enfermará nuestra  mente, pero con el poder de la palabra, tendremos a nuestra disposición una potencia divina.


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sábado, 5 de diciembre de 2020

 La Clase de Hoy.



Qué es la Libertad:

Libertad es la facultad o capacidad del ser humano de actuar según sus valores, criterios, razón y voluntad.

Libertad es también el estado o la condición en que se encuentra un individuo que no está en condición de prisionero, coaccionado o sometido a lo que le ordene otra persona.

Asimismo, se utiliza la palabra libertad para referirse a la facultad que tienen los ciudadanos de un país para actuar o no según su voluntad y lo establecido en la ley.

Por otra parte, el significado de libertad también se relaciona con los términos 'confianza' y 'franqueza', especialmente, en su forma plural significa osada familiaridad.

Libertad puede indicar también una falta de obligación. Sin embargo, cabe destacar que la libertad no se refiere a hacer aquello que nos guste de manera inconsciente y egoísta, sino a hacer lo que se debe por el bienestar propio y común.

La libertad es un valor amplio que se encuentra entre los valores sociales, humanos, religiosos y democráticos. De allí que la libertad como valor que forme parte de diversas áreas de estudio y análisis como la filosofía, la religión, la ética o la moral, entre otras.

Tan importante es respaldar, asegurar y limitar la libertad de cada individuo, que por ello forma parte de los derechos humanos que son inalienables, y cuyo derecho se ve limitado cuando se afecta a la libertad del otro.

Sentirse libre forma parte de la naturaleza humana, más allá de que no exista una libertad absoluta, ya que las personas se ven condicionadas por sus propias capacidades y el entorno.

La libertad como valor se debe ejercer, desde la individualidad de cada persona, con respeto y responsabilidad moral. La libertad no se trata de llevar a cabo cualquier acción sin importar sus consecuencias en el entorno. La libertad de se refiere a saber hacer uso de las habilidades que cada quien posea.

A pesar de que se trata de una de las características y derechos fundamentales del ser humano, la libertad en muchos casos se ve condicionada por factores externos que impiden la realización de la persona.

FUENTE: significados.com

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