Uno de los más recordados
casos de estudio de la gestión industrial japonesa fue el de la caja de jabón
vacía, el cual ocurrió en una de las más grandes empresas de cosméticos de
Japón.
La compañía recibió la
queja de un consumidor que compró una caja de jabón y estaba vacía.
Inmediatamente la gerencia de la empresa aisló el problema a la cadena de
montaje, que transportaba todas las cajas empaquetadas de jabón hacia el departamento
de despacho y reparto.
Por alguna razón, una
caja de jabón pasó vacía por la cadena de montaje. Los altos ejecutivos
pidieron a sus ingenieros que encontraran una solución buena y rápida del
problema. De inmediato, los ingenieros iniciaron su labor para idear una
máquina de rayos X con monitores de alta resolución, manejados por dos personas
y así vigilar todas las cajas de jabón que pasaran por la línea para asegurarse
de que ninguna fuera vacía. Sin duda que estos ingenieros trabajaron duro y
rápido, pues en apenas tres meses ya tenían el nuevo sistema de control
instalado y funcionando.
Pero cuando a un empleado
común de producción de una empresa de cosméticos pequeña, le plantearon el
mismo problema, no entró en complicaciones de rayos X, robots, equipos
informáticos o complicados; en lugar de eso presentó otra solución: Compró un ventilador
industrial y lo apuntó hacia la cadena de montaje. Encendió el ventilador, y
mientras cada caja pasaba por el ventilador, las que estaban vacías simplemente
salían volando de la línea de producción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario