Cuentos de
Julio (13)
Marlene tenía el turno de la tarde.
Por:
Roberto Rolo Luis.
Después de leer los estatutos de FUNDEI y otros documentos
relacionados con las pasantías, Julio aceptó
el reto y preparó un borrador de lo que consideraba sería un plan de trabajo,
el cual presentó el lunes siguiente al señor Nosti, quien después de
leerlo y hacer algunas preguntas estuvo de acuerdo y le propuso que lo
acompañara a la reunión de Junta Directiva de la CIEA para presentarlo como el
nuevo Coordinador Ejecutivo de la fundación, y presentar ese documento para escuchar
cualquier comentario o recomendación de los directores.
Ese jueves también asistió a la reunión, Milton Hoyt en su
carácter de directivo y el periodista Ramón Pinedo Pino, quien vino a
despedirse formalmente ya que él había sido el Secretario Ejecutivo de la Comisión
Educación e Industria.
El presidente de la CIEA para ese momento era el Dr. Eduardo Larrazábal
Berrisbeitia, el vicepresidente el Dr. Freddy Rojas Parra y el Tesorero el Ing. Jorge
Chapellín Bello. Ellos tres conformaban
el Comité Ejecutivo. En la reunión de ese día estaban presentes casi todos los
directores. El señor Nosti cuando correspondió el punto de agenda,
correspondiente a FUNDEI, presentó a Julio como el nuevo Director Ejecutivo. Luego intervino el señor Ramón Pinedo Pino para
agradecer el apoyo que había recibido de parte de los directores e informó que
se iba a trabajar a tiempo completo en el Aragüeño donde tendría una página
semanal, que saldría publicada los lunes y que se llamaría “ARAGUA
EMPRESARIAL”.
Julio estaba nervioso, tenía que hablar ante esas personas a
quienes veía por primera vez, entre los cuales el único conocido era Milton
Hoyt. Menos mal que en la mañana, pensando en hacer una buena presentación, había
preparado 4 láminas de acetato para utilizarlas con el retroproyector y facilitar
su intervención, sobre el programa que esperaba realizar frente a FUNDEI. Los
directores de la Cámara se mantuvieron atentos y comentaron favorablemente el
plan de trabajo que acababan de conocer, lo ordenado de la presentación y las
explicaciones a sus preguntas. Al concluir la reunión varios de los directivos
se acercaron al señor Nosti, para
desearle éxitos a FUNDEI y a Julio el nuevo Director Ejecutivo.
Julio no conocía al personal administrativo de la Cámara, ni ellos
lo conocían a él. La oficina que iba a utilizar aún no tenía muebles. Era la que
estaba ubicada junto a la que ocupaba la doctora Nelly Márquez, la Gerente
General de la CIEA.
Julio comenzó a trabajar el día siguiente después de la
reunión con los directores. Ese día en la mañana la Dra. Márquez lo fue presentando uno a uno, a
quienes desde ese momento serían sus compañeros de trabajo, porque si bien era
cierto que Julio no trabajaba para la CIEA, FUNDEI había sido una creación del
sector industrial y no debía estar sin el apoyo que logísticamente le podía
prestar la Cámara. Después presentarlo a todos los trabajadores de la CIEA le
mostró un área donde había un Fax, un quemador de esténciles, una fotocopiadora
y un multígrafo, en este lugar se reproducían las circulares y correspondencias
que se hacían llegar regularmente a los afiliados.
Julio continuó asistiendo a todas las reuniones de la Junta
Directiva de la Cámara, prestando mucha atención a como se desarrollaban los
puntos de la agenda, la secuencia de las mismas, de las intervenciones de la
Dra. Márquez y de los directores. Cuando el señor Nosti no podía asistir por
estar de viaje, fue Julio quien informó y respondió las preguntas de los
directores, que casi siempre eran sobre la
marcha del programa y la firma de convenios con las empresas.
El sueldo de Julio debía generarse de los ingresos que
obtuviese la Fundación de los aportes de los socios fundadores y de los
miembros patrocinantes, quienes estaba previsto que aportaran como donación, un
monto anual para cubrir los gastos operativos.
La respuesta de las empresas al inicio de las actividades de FUNDEI
no fue muy buena, para el Programa Nacional de Pasantías en la Industria (PNPI)
ya que no era muy conocido, y ante el mismo la respuesta de algunas empresas
fue de indiferencia. Incluso hubo quienes dijeron que el decreto no la obligaba
al cumplimiento del programa. No fue fácil sembrar la idea, había que ser
persistente y Julio lo era.
En más de una oportunidad la quincena de Julio fue pagada con
recursos particulares del señor Nosti, quien si creía en el programa. Parecía
que lo de las pasantías no iba a funcionar, pero Julio había elaborado un plan
y estaba comprometido con lograrlo, así que para dar a conocer más los
objetivos de la fundación, comenzó a escribir circulares que se enviaban con la
mensajería de la Cámara a las empresas afiliadas, para ir creando consciencia sobre
el programa y motivar la firma de convenios de pasantías en Aragua.
En este mismo orden de ideas, Julio también tomó la
iniciativa de relacionarse con los Directores Ejecutivos de los capítulos de
Lara, Carabobo y Zulia, con quienes estableció amistad y compartió varias experiencias
que sirvieron para ir adecuando la estrategia en Aragua.
Además de las circulares, Julio también preparaba notas de
información que enviaba a los Jefes de Información de los diarios regionales.
En este aspecto la ayuda del señor Ramón Pinedo desde el “Diario El Aragüeño” y su
página semanal “Aragua Empresarial”, fueron muy importantes; Ramón era un
convencido de los objetivos que se querían alcanzar y por eso todas las semanas
publicaba alguna información relacionada con el PNPI y el Capítulo de FUNDEI en
Aragua. Esa presencia institucional en las páginas del “Diario El Aragüeño”, facilitó
que los diarios “El Siglo” y el “Imparcial” se sumaran y comenzaran a apoyar
con publicaciones los objetivos de la fundación y sus programas.
Como los resultados del PNPI habían comenzado a mejorar desde
que comenzaron las publicaciones en los diarios regionales, Julio decidió
escribir una carta a los Jefes de Información del Diario “El Carabobeño” en
Valencia, “El Impulso” en Lara,” El Universal”, en Caracas y “Panorama” en el
Zulia, para pedirles su apoyo y lograr que la información que se generaba en el
Capítulo, también fuese publicada en sus páginas regularmente. Y así fue como poco
a poco, el nombre de Fundei Capitulo Aragua, comenzó a estar presente en varios
diarios del país y posicionarse como una
fundación de unión entre el sector educativo y el empresarial.
Los representantes del sector educativo de Aragua a nivel
medio, técnico y superior siempre estuvieron pendientes de las oportunidades de pasantías,
y visitaban la oficina de FUNDEI casi diariamente en procura de información
sobre las mismas. Esto permitió que Julio pudiera conocer y establecer amistad
con varios profesores. Poco a poco se fueron firmando convenios de pasantías, con
empresas de Maracay, Cagua, Turmero, Villa de Cura, Tejerías, que recibían
bachilleres de Escuelas Técnicas Industriales y estudiantes de Administración, Ingeniería
Mecánica, Eléctrica y Química de diferentes Universidades Nacionales. La oferta
estudiantil superaba con creces la demanda de las empresas, que aún no veían la
utilidad del programa como fuente de reclutamiento, o para adelantar algunos
proyectos.
Pasado el tiempo FUNDEI Aragua, gracias a la constancia, se
fue posicionando en el sector industrial como una fundación privada, sin fines
de lucro, que se desempeñaba como organismo vinculante entre la educación y la industria.
Progresivamente se comenzaron a recibir llamadas y visitas de los coordinadores
de las Universidades e Institutos Tecnológicos de otros estados del país, ofreciendo
alumnos para realizar pasantías en Aragua, lo cual aumentaba la presión de
trabajo. Por las mañanas, el tiempo de Julio era para atender llamadas y
vistas, planificar entrevistas con los gerentes de las empresas y responder
correspondencias. Por las tardes iba en su carro a visitar empresas en
diferentes zonas industriales del estado, para firmar convenios y motivar el
patrocinio de las empresas.
El trabajo era duro pero estaba resultando. Hubo días en que
Julio, por tener su carro accidentado, debió ir a Cagua y Villa de Cura en
autobús y luego caminar por las zonas industriales buscando la empresa donde
tenía la reunión acordada. El señor
Nosti y los directivos de la CIEA sabían el trabajo que se estaba haciendo y estaban
satisfechos. En las reuniones de FUNDEI Nacional también se comenzaba a hablar del
PNPI en Aragua.
Había transcurrido un poco más de dos años, y Julio ya contaba
con la importante ayuda de Judith Espinoza como secretaria. Por esos días
también, coincidió que la Dra. Márquez presentara su renuncia como Gerente
General de la CIEA, para dedicarse a ejercer y atender asuntos profesionales.
Todos los lunes a las 7.30 de la mañana Julio y el señor
Nosti se reunían en CAPACO, oportunidad que servía para informar sobre los
resultados y novedades de la semana anterior, y para la firma de los cheques de la quincena cuando
correspondía. Uno de esos lunes, con fecha cercana a la quincena, después de firmar
los cheques, el señor Nosti dijo:
-Julio usted ya tiene más de dos años con nosotros y ha hecho
un buen trabajo, sin lugar a dudas. Y yo sé que no está ganando lo que merece,
pero como usted sabe los ingresos que tenemos en la fundación no permiten mejorar
su sueldo como yo quisiera. Por eso he estado pensando en el futuro y creo que
usted debería ir buscando a una persona que lo apoye con las tareas de la fundación,
una persona que tenga potencial y la capacidad organizativa para seguir
adelante y suplirlo a usted, en caso que tuviera que cambiar de empleo o recibiera
alguna oferta de trabajo que lo motivara más.
Julio se quedó sorprendido, con esas palabras: -Señor Nosti es cierto que yo no estoy ganando lo suficiente,
pero si a usted le dijeron que yo estoy pensando en irme de FUNDEI le han
informado mal, yo estoy contento de trabajar con usted, le agradezco la
confianza que me tiene y disfruto del trabajo que hago en completa libertad. Su
comentario me ha sorprendido y me hace
suponer que hay algo más detrás de sus palabras.
-Julio hoy no le puedo decir más nada; solo le adelanto que lo
que se proyecta en el ambiente de la Cámara será bueno para usted y su futuro.
Ponga empeño en encontrar a esa persona, entrénela bien y pronto estaremos conversando sobre este
asunto.
Julio quedó entre sorprendido y contento, lo que había
escuchado no era un reproche ni una advertencia, pero quedó presente en su
mente la intriga. Sea lo que sea voy a buscar a esa persona, si tengo alguien
que me ayude esto va a seguir avanzando. Voy a averiguar si alguna de las
licenciadas que hicieron el trabajo de encuestadoras el año pasado, ya está
graduada y quiere asumir este reto. Las llamó, pero ambas ya estaban trabajando
en su área profesional.
Una noche antes de quedarse
dormido, Julio recordó que con motivo de una visita de trabajo a “Sudamtex de
Venezuela” había conocido al Lic. Ubaldo Quevedo, que Gerente de Selección y
Adiestramiento y la misma persona que había estado con su esposa,
en el cumpleaños de Milton. La esposa de Ubaldo se llama Marlene, y dijo que era
Licenciada en Educación, y que se encontraba ejerciendo como docente en uno de
los Liceos de Maracay. Durante esa noche, mientras conversaban y vieron algunas
películas, Julio pudo apreciar la personalidad, formación y profesionalismo de
Marlene.
-¿Y qué pasa si mañana llamo a esta señora, le
recuerdo donde nos conocimos y le
propongo venga a conversar conmigo mañana
en la oficina?
Marlene vino temprano, tenía el turno de la tarde y conversaron
durante dos horas… (Continuará)
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