Aquí estoy señor, te doy gracias por este nuevo día. Sé que no he logrado todo lo que esperas de mí y esa es la razón por la cual me bañas cada día con el fresco rocío de otro amanecer, me siento confiado y muy agradecido contigo, pues siempre renuevas mis fuerzas. Estoy preparado, para que te sientas orgulloso de mí.
Como me olvidaré del día de ayer, con todas sus pruebas y tribulaciones, con sus agravios y frustraciones. Pero el pasado es un sueño del cual no puedo recuperar ni una sola palabra, ni borrar ningún acto imprudente. Sin embargo, quiero decirte que si ayer lastimé a alguien a través de mi imprudencia o por mi irreflexión, no dejaré que el día de hoy el sol se ponga sin rectificar ese error. Gracias Señor por haber creado la palabra ¡Perdón!
Te digo que no me preocuparé más por el futuro. Mi éxito y mi felicidad no dependen de que me esfuerce en adivinar que es lo que se muestra en el horizonte, sino en hacer hoy, todo lo que tengo al alcance de mi mano. Tú pones diariamente fuerza y fortaleza en mi espíritu para seguir luchando, y por eso lo hago confiado en TI. Gracias por este nuevo día, acompáñame en todo Señor.
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