Había contratado un carpintero para reparar algunas cosas en mi granja. El primer día fue muy duro. Su sierra eléctrica se había estropeado y le había hecho perder mucho tiempo y ahora su camión se negaba a arrancar.
Mientras lo llevaba hasta su casa, el carpintero permaneció en silencio. Al llegar me invitó a entrar para conocer a su familia. Nos dirigíamos a la puerta de su casa y se detuvo brevemente frente a un precioso árbol para tocar su tronco con ambas manos.
Al entrar, ocurrió una sorprendente transformación. Su cara sonreía plenamente. Abrazó a sus dos hijos y le dio un beso a su esposa. La energía de este hombre había cambiado completamente. Luego me acompañó hasta mi carro. Cuando pasamos de nuevo frente al árbol, sentí curiosidad y le pregunté sobre lo que hizo cuando entramos.
Ese es mi árbol de los problemas, me contestó. Yo sé que no puedo evitar tener problemas durante el día, como hoy por ejemplo, pero no quiero traerlos a mi casa. Así que cuando llego por la noche, cuelgo mis problemas en ese árbol y por la mañana cuando salgo los recojo otra vez.
Lo curioso es que cuando salgo por la mañana a recoger los problemas, no encuentro tantos como los que dejé la noche anterior.
Y tú, ¿qué haces con tus problemas?. ¿Permites que tomen el control de tu vida o eres tú quien lleva el control?
Yo se que no es fácil colocar nuestros problemas en un compartimiento, para luego retomarlos con la tranquilidad y capacidad emocional para resolverlos. Sin embargo es importante aprender a hacerlo.
Cuando nos enfrentamos a los problemas en el lugar y momento adecuados, no sólo podemos verlos de una manera distinta, sino que podemos encontrar una solución con mayor facilidad. Eso es todo.
Aprovecho para recordarte, que el Sábado 27 de Agosto estaré dictando el Taller, LAS VENTANAS DE TU MENTE y que me agradaría contar con tu asistencia, Saludos
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