martes, 15 de diciembre de 2020

Las Uvas del Tiempo.



 

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lunes, 14 de diciembre de 2020

LAS UVAS DEL TIEMPO.


Las Uvas Del Tiempo.

Andrés Eloy Blanco. (Madrid 1923)



 Dedicado a los venezolanos, en cualquier lugar del mundo donde se encuentren.


Para leerlo mientras se escucha.


Las Uvas Del Tiempo.

Andrés Eloy Blanco. (Madrid 1923)

 

Madre: esta noche se nos muere un año.


En esta ciudad grande, todos están de fiesta; zambombas, 

serenatas, gritos, ¡ah, cómo gritan!; claro, como que todos tienen su madre cerca...

 

¡Yo estoy tan solo, madre, tan solo!; pero miento, que ojalá lo estuviera; estoy con tu recuerdo, y el recuerdo es un año pasado que se queda.

 

Si vieras, si escucharas este alboroto: hay hombres vestidos de locura, con cacerolas viejas, tambores de sartenes, cencerros y cornetas; el hálito canalla de las mujeres ebrias; el diablo, con diez latas prendidas en el rabo, anda por esas calles inventando piruetas, y por esta balumba en que da brincos la gran ciudad  histérica, mi soledad y tu recuerdo, madre, marchan como dos penas.

 

Esta es la noche en que todos se ponen en los ojos la venda, para olvidar que hay alguien que está cerrando un libro, para no ver la periódica liquidación de cuentas, donde van las partidas al haber de la muerte, por lo que viene y por lo que se queda, porque lo que sufrimos se ha perdido y lo gozado ayer es una perdida.

 

Aquí es de tradición que en esta noche, cuando el reloj anuncia que el Año Nuevo llega, todos los hombres coman, al compás de las horas, las doce uvas de la Noche Vieja.

 

Pero aquí no se abrazan ni gritan: ¡FELIZ AÑO!, como en los pueblos de mi tierra; en este gozo hay menos caridad; la alegría de cada cual va sola, y la tristeza del que está al margen del tumulto acusa  lo inevitable de la casa ajena.

 

¡Oh nuestras plazas, donde van las gentes, sin conocerse, con la 

buena nueva!


Las manos que se buscan con la efusión unánime de ser hormigas de la misma cueva; y al hombre que está solo, bajo un árbol, le dicen cosas de honda fortaleza: «¡Venid compadre, que las horas pasan; pero aprendamos a pasar con ellas!»

 

Y el cañonazo en la Planicie, y el himno nacional desde la iglesia, 

el amigo que viene a saludarnos: «feliz año, señores», y los criados 

que llegan a recibir en nuestros brazos el amor de la casa buena.

 

Y el beso familiar a medianoche: «La bendición, mi madre» 


«Que el Señor te proteja...»


Y después, en el claro comedor, la familia congregada para la cena, con dos amigos íntimos, y tú, madre, a mi lado, y mi padre, algo triste, presidiendo la mesa.

 

¡Madre, cómo son ácidas las uvas de la ausencia!

 

¡Mi casona oriental! Aquella casa con claustros coloniales, portón y 

enredaderas, el molino de viento y los granados, los grandes libros de la biblioteca, mis libros preferidos: tres tomos con imágenes que hablaban de los reinos de la Naturaleza.

 

Al lado, el gran corral, donde parece que hay dinero enterrado desde la Independencia; el corral con guayabos y almendros, el corral con peonías y cerezas y el gran  parral que daba todo el año uvas más dulces que  la miel de las abejas.

 

Bajo el parral hay un estanque; un baño en ese estanque sabe a Grecia; del verde artesonado, las uvas en racimos, tan bajas, que del agua se podría cogerlas, y mientras en los labios se desangra la uva, los pies hacen saltar el agua fresca.

 

Cuando llegaba la sazón tenía cada racimo un capuchón de tela, 

para salvarlo de la gula de las avispas negras, y tenían entonces 

una gracia invernal las uvas nuestras, arrebujadas en sus telas blancas, sordas a la canción de las abejas...

 

Y ahora, madre, que tan sólo tengo las doce uvas de la Noche

Vieja, hoy que exprimo la uva de los meses sobre el recuerdo de la viña seca, siento que toda la acidez del mundo se está metiendo en ella, porque tienen el ácido de lo que fue dulzura las uvas de la ausencia.

 

Y ahora me pregunto:

¿Por qué razón estoy yo aquí?


¿Qué fuerza pudo más que tu amor, que me llevaba a la dulce 

anonimia de tu puerta?


¡Oh miserable vara que nos mides!


¡El Renombre, la Gloria..., pobre cosa pequeña!


¡Cuando dejé mi casa para buscar la Gloria, cómo olvidé la Gloria que me dejaba en ella!

 

Y esta es la lucha ante los hombres malos y ante las almas buenas; yo soy un hombre a solas en busca de un camino.

 

¿Dónde hallaré camino mejor que la vereda que a ti me lleva, madre; la vereda que corta

por los campos frutales, pintada de hojas secas, siempre recién llovida, con pájaros del trópico, muchachas de la aldea, hombres que dicen: «Buenos días, niño», y el queso que me guardas siempre para merienda?


Esa es la Gloria, madre, para un hombre que se llamó fray Luis y era poeta.

 

¡Oh mi casa sin críticos, mi casa donde puede mi poesía andar como una reina!

¿Qué sabes tú de formas y doctrinas, de metros y de escuelas?


Tú eres mi madre, que me dices siempre que son hermosos todos mis poemas; para ti, yo soy grande;  cuando dices mis versos, yo no sé si los dices o los rezas...

 

¡Y mientras exprimimos en las uvas del Tiempo toda una vida absurda, la promesa de vernos otra vez se va alargando, y el momento de irnos está cerca, y no pensamos que se pierde todo!

 

¡Por eso en esta noche, mientras pasa la fiesta y en la última uva libo la última gota del año que se aleja, pienso en que tienes todavía, madre, retazos de carbón en la cabeza, y ojos tan bellos que por mí regaron su clara pleamar en tus ojeras, y manos pulcras, y esbeltez de talle, donde hay la gracia de la espiga nueva; que eres hermosa, madre, todavía, y yo estoy loco por estar de vuelta, porque tú eres la Gloria de mis años y no quiero volver cuando estés vieja!...

 

Uvas del Tiempo que mi ser escancia en el recuerdo de la viña seca, ¡cómo me pierdo, madre, en los caminos hacia la devoción de tu vereda!

 

Y en esta algarabía de la ciudad borracha, donde va mi emoción sin compañera, mientras los hombres comen las uvas de los meses, yo me acojo al recuerdo como un niño a una puerta.


Mi labio está bebiendo de tu seno, que es 

el racimo de la parra buena, el buen racimo 

que exprimí en el día, sin hora y sin reloj de mi inconsciencia.

 

Madre, esta noche se nos muere un año; todos estos señores tienen su madre cerca, y al lado mío mi tristeza muda tiene el dolor de una muchacha muerta...

 

Y vino toda la acidez del mundo a destilar sus doce gotas trémulas,  cuando cayeron sobre mi silencio las doce uvas de la Noche Vieja.


NOTA: Yo estoy comenzando a escribir, y para que conozcas mi trabajo te invito a ver el portafolio de mis libros, en: https://bit.ly/3qusKlV   . Una nueva Red Social, para compartir y promover publicaciones digitales. 

 

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domingo, 13 de diciembre de 2020

La Clase de hoy: Inmoral

 

La Clase de hoy:

Un buen tema de conversación.

 

Inmoral.


Como inmoral denominamos todas aquellas acciones, conductas y comportamientos que se oponen a la moral. La palabra, como tal, se forma con el prefijo in-, que indica negación, y la palabra moral.

La moral es el conjunto de normas, valores, costumbres y creencias tradicionalmente consideradas buenas dentro de una sociedad y una época determinada, y que, como tales, son tenidas como modelo de conducta. En este sentido, lo inmoral vendría a ser lo contrario a todo esto y, por lo tanto, un antivalor.

La inmoralidad, pues, supone actuar u observar conductas que atenten contra los valores y creencias de la sociedad. Así, actos inmorales serían mentir, robar, engañar, estafar, traicionar, traicionar, ser desleal, etc.

De este modo, es inmoral copiarnos en un examen, mentir a nuestros padres, culpar a otros por nuestros errores, tener dos parejas al mismo tiempo sin que estas lo sepan, trabajar para una empresa y a la vez para la competencia, entre muchas otras cosas. 

Inmoral es también la persona que practica actos inmorales. Son inmorales los delincuentes, los mercenarios, los políticos corruptos, los banqueros deshonestos, los explotadores laborales, etc.

Sinónimos de inmoral son deshonestos, condenables, indecentes, obscenos, depravado o corrompido. Antónimos son morales, honestos, rectos, éticos, íntegros. 

Inmoral y amoral son cosas diferentes.

Amoral es toda aquella cosa o persona que carece por completo de moral. Esto significa que no tiene pautas para distinguir entre lo que es correcto y lo incorrecto, lo que es bueno de lo que es malo.  La amoralidad fue planteada como un principio filosófico por Nietzsche según el cual la conducta humana es independiente de los conceptos del bien y del mal moral.

Inmoral, en cambio, es todo aquello o todo aquel que actúa en contra de la moral. En este sentido, en los actos inmorales se tiene efectivamente conciencia de lo que está bien y lo que está mal, y aun así se obra contra lo establecido como bueno o correcto.


FUENTE: https://www.significados.com


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LO QUE NO SABÍAS: Un tema de conversación para VENEZOLANOS.

  La sayona.

“Hace mucho tiempo había una joven mujer que vivía con su esposo, con el cual recientemente había tenido un bebé. La joven tenía por costumbre bañarse en el río, pero era espiada a menudo por un hombre del pueblo. Un día descubrió al mirón y le preguntó que qué estaba haciendo. El hombre, que había sido sorprendido, optó por mentirle diciéndole que estaba allí para anunciarle que su marido le era infiel con otra.

 

Durante la noche, estando ya la familia en casa, el marido musitó en sueños el nombre de su madre. La mujer, celosa y suponiendo que su propia madre era amante de su esposo, prendió fuego a la casa matando al marido y al bebé. Acto seguido, con un cuchillo en la mano, la joven se dirigió a casa de su madre. Tras reclamarle una infidelidad que su progenitora negó, la acuchilló hasta la muerte.

La madre, con su último aliento, le indicó que jamás había sido amante de su esposo y la maldijo por los crímenes que había cometido. Desde entonces la sayona vaga eternamente, persiguiendo a los hombres infieles que caen en sus intentos de seducción acabar con ellos”. 

Una de las leyendas de terror más conocidas del país, la sayona (cuyo nombre proviene de la prenda que llevaba, un sayo) o la mujer del llano nos habla de desconfianza y de celos, así como de la necesidad de respetar y cuidar a las madres. Se dice que la figura de la sayona seduce a los hombres con su belleza para luego llevarles a la llanura. Allí adopta su verdadera forma, con colmillos y garras enormes y afiladas y ojos de color de la sangre, a menudo provocandoles la muerte o la locura.

 

Fuente:  https://psicologiaymente.com/cultura/leyendas-venezolanas


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sábado, 12 de diciembre de 2020

La Clase de hoy:

Un buen tema de conversación.

Qué es la Justicia:



La justicia es un conjunto de valores esenciales sobre los cuales debe basarse una sociedad y el Estado. Estos valores son el respeto, la equidad, la igualdad y la libertad.

En un sentido formal, la justicia es el conjunto de normas codificadas que el Estado, a través de los organismos competentes, dicta, hace cumplir y sanciona cuando no son respetadas, suprimiendo la acción o inacción que generó la afectación del bien común.

La palabra proviene del latín iustitia que significa “justo”, y deriva del vocablo ius.

La justicia se refiere a ser equitativo y dar a cada quien lo que le corresponde por derecho. Las personas que imparten justicia, por tanto, deben hacerlo de manera imparcial, responsable y aplicando el conjunto de reglamentos según la ley.

Sin embargo, aunque en situaciones específicas la justicia pareciera actuar de manera injusta, hay que recordar que se aplica según lo que la sociedad considere moralmente correcto o justificable para el bien común.

Por ejemplo, cuando una persona incumple con sus obligaciones y comete algún acto indebido como robo o estafa, sabe que deberá ser penalizado a través de la justicia por sus acciones y falta de responsabilidad y ética.

 

FUENTE: https://www.significados.com

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LO QUE NO SABÍAS: Un tema de conversación para VENEZOLANOS.

  Caribay y las cinco águilas blancas.

Cinco majestuosas águilas blancas dominan la sierra nevada, así lo contó hace más de cien años Tulio Febres Cordero, reflejando uno de los hermosos mitos de Los Andes,  una historia proveniente de la tradición oral de los pueblos originarios de la cordillera andina, que refiere el origen de los elevados riscos cubiertos de nieve, que vigilan desde las alturas velando por todo el pueblo merideño. Cinco águilas blancas que dominan por todo lo alto.


“Hace muchos años en los Andes, nació la primera de las mujeres de los indígenas Mirripuyes, se llamó Caribay. Era hija del Sol, Zuhé, y la Luna, Chía, poseía una de las voces más hermosas del mundo y era capaz de imitar cualquier ave. Un día la joven Caribay, la cual disfrutaba de la contemplación y admiración del bosque y la naturaleza, vio en el cielo cinco grandes águilas blancas de hermoso plumaje.

Deseando contemplar su belleza e incluso adornarse con sus plumas, las siguió. Persiguió a las aves hasta las montañas, hasta los riscos más altos, pero no pudo seguirlas más allá. Entristecida, cantó invocando a Chía, haciendo que llegara la noche y que esta alumbrara la tierra. El cántico triste de Caribay impresionó a los animales incluyendo a las cinco águilas, las cuales descendieron hasta posarse inmóviles cada una en un risco.

Caribay se acercó entonces al risco más cercano, donde intentó tocar a la primera de las águilas. Sin embargo, al acercar la mano se dio cuenta que las aves se habían congelado. Culpable y asustada, Caribay huyó. Mientras huía, Chía oscureció, algo que provocó que el hielo que cubría a las águilas se deshiciera. Despertaron de nuevo, furiosas, sacudiendo y esparciendo sus plumas blancas.

Las aves se sacudieron una y otra vez, llenando de blanco el lugar. Sus alas provocaron una brisa fría, y sus graznidos se expandieron por el eco. La joven Caribay se refugió, pero una vez dejó de oír a las aves se calmó y pudo ver cómo cada uno de los cinco picos se había cubierto de blanco".

Esta hermosa leyenda nos habla del origen de la nieve en los picos venezolanos, así como el graznido del viento y los vientos fríos propios de las cimas de las montañas. El cántico de Caribay, asimismo, nos recuerda al silbido del viento, elemento al que representa.

La imagen es el monumento a las Cinco Águilas Blancas del escultor merideño Ramón Antonio Albornoz López, ubicado en la redoma del sector Vuelta de Lola.


Fuente:  https://psicologiaymente.com/cultura/leyendas-venezolanas  

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jueves, 10 de diciembre de 2020

Escriben los lectores:

 




Buenos días amigo Roberto, es un gran placer poder saludarlo y agradecerle el envío de su  libro “Lo que una vez nos dijo el Abuelo”. 

Muy fresco y por demás de agradable lectura todo el contenido.  Indudablemente que está dirigido  a sus nietos, pero lo tomo como guía, de cualquier abuelo para sus nietos. 

Además me agradó encontrar lo variado de los pensamientos de tantas personas,  que maravillaron al mundo y que aún permanecen en el tiempo.

Siempre agradecido, le reitero mi estima y aprecio.

Cesar A. Parra Pinto. (Maracay)


lunes, 7 de diciembre de 2020

Si no me escribes, no lo se.

 

Si no me escribes, no lo sé.

Hoy todos queremos expresar nuestros sentimientos escribiendo, pero, ¿quién nos lee?

¿Cómo puede saber el que escribe que sus letras llegaron a la audiencia, si quienes lo leen no le escriben?

Los grandes escritores dicen que la felicidad  está en la lectura. José Luis Borges es muy fértil en este sentido cuando dice: "la felicidad, cuando eres lector, es frecuente". Y la más célebre de todas: "Que otros se jacten de las páginas que han escrito; pero a mí me enorgullecen las que he leído".

Hay otra frase que si mal no recuerdo, es de Juan José Arreola: "Si no lees, no sabes escribir. Si no sabes escribir no sabes pensar".

Así que si no tenemos palabras, si no tenemos lecturas en nuestra memoria que enriquezcan nuestro lenguaje, nuestro pensamiento será muy pobre. Por tanto la lectura es una herramienta fundamental y donde la podemos encontrar es en los libros. Leer es un encuentro con la mente de un autor que puede haber muerto, pero que vive en el texto que se visita y que luego se aloja en nuestra mente.

En suma, el mundo se crea con la palabra y esto no es una visión  religiosa, también lo es en nuestra vida cotidiana: “sólo alcanzaremos a distinguir las formas una vez que tengamos los nombres”.

Podemos existir sin pensar, y entonces el pensamiento se convertirá en un ruido que enfermará nuestra  mente, pero con el poder de la palabra, tendremos a nuestra disposición una potencia divina.


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sábado, 5 de diciembre de 2020

 La Clase de Hoy.



Qué es la Libertad:

Libertad es la facultad o capacidad del ser humano de actuar según sus valores, criterios, razón y voluntad.

Libertad es también el estado o la condición en que se encuentra un individuo que no está en condición de prisionero, coaccionado o sometido a lo que le ordene otra persona.

Asimismo, se utiliza la palabra libertad para referirse a la facultad que tienen los ciudadanos de un país para actuar o no según su voluntad y lo establecido en la ley.

Por otra parte, el significado de libertad también se relaciona con los términos 'confianza' y 'franqueza', especialmente, en su forma plural significa osada familiaridad.

Libertad puede indicar también una falta de obligación. Sin embargo, cabe destacar que la libertad no se refiere a hacer aquello que nos guste de manera inconsciente y egoísta, sino a hacer lo que se debe por el bienestar propio y común.

La libertad es un valor amplio que se encuentra entre los valores sociales, humanos, religiosos y democráticos. De allí que la libertad como valor que forme parte de diversas áreas de estudio y análisis como la filosofía, la religión, la ética o la moral, entre otras.

Tan importante es respaldar, asegurar y limitar la libertad de cada individuo, que por ello forma parte de los derechos humanos que son inalienables, y cuyo derecho se ve limitado cuando se afecta a la libertad del otro.

Sentirse libre forma parte de la naturaleza humana, más allá de que no exista una libertad absoluta, ya que las personas se ven condicionadas por sus propias capacidades y el entorno.

La libertad como valor se debe ejercer, desde la individualidad de cada persona, con respeto y responsabilidad moral. La libertad no se trata de llevar a cabo cualquier acción sin importar sus consecuencias en el entorno. La libertad de se refiere a saber hacer uso de las habilidades que cada quien posea.

A pesar de que se trata de una de las características y derechos fundamentales del ser humano, la libertad en muchos casos se ve condicionada por factores externos que impiden la realización de la persona.

FUENTE: significados.com

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domingo, 22 de noviembre de 2020

Me escribió mi amigo Jaime.


 Hola Roberto:

Al fin he podido terminar de leer con gusto tu publicación "Los Cuentos de Julio".

Qué puedo decirte..... 

Es un excelente relato de tu vida profesional y en pequeñas partes, familiar.  Te felicito un montón (dicho en buen canario) por tan buen trabajo  de recuerdos que has mantenido en tu  mente, también por  tu talento en los trabajos, y por aquellas decisiones difíciles que tomabas en aquella época.   

No cabe duda que también tú la pasaste "canutas", pero siempre con acierto, con tu apoyo conyugal y familiar.   Felicitaciones por lo escrito, por lo recordado, porque tu vida ha sido un ejemplo de voluntad y tenacidad, de bondad  y trato cordial con los demás, de positividad frente a los retos.  Obviamente algunos retos quizás no pudieron ser alcanzados en el corto plazo, pero seguros estuvieron de alcanzarse con el tiempo.

Tu  labor en la CIEA fue formidable, exitosa. A  través de tus recuerdos refresqué  los míos con nombres ya olvidados, aunque las caras no vuelven ya a mi memoria.  Nombres como Marlene, Saira, Milton, Nosti, Rojas, Larrazabal y algún otro  que se me escape.  Gracias por ese recuerdo.

No imaginé nunca que me ibas a nombrar en tus andaduras por Flexilón. Allí también me hiciste recordar otros nombres de buenos amigos, que ya escaparon de mi memoria.

Roberto, recibe mis felicitaciones, porque todos los libros que he leido estan excelentes.  Ahora iniciaré "Crónicas del Paraíso".  que seguro que será  igual de agradable.

Adelante, amigo, un gran abrazo y saludos.

Jaime Nóbrega

sábado, 21 de noviembre de 2020

¿Tienes fe?

 … Un ateo cayó por un precipicio y, mientras rodaba hacia abajo, pudo agarrarse a una rama de un pequeño árbol, quedando suspendido a 300 metros de las rocas del fondo, pero sabiendo que no podía aguantar mucho tiempo en aquella situación.

Entonces tuvo una idea: "¡Dios!", gritó con todas sus fuerzas.

Pero sólo le respondió el silencio.

“¡Dios!”, volvió a gritar: “¡Si existes, sálvame, y te prometo que creeré en ti y enseñaré a otros a creer!”.

¡Más silencio!

Pero, de pronto, una poderosa Voz, que hizo que retumbara todo el cañón, casi le hace soltar la rama del susto: “Eso es lo que dicen todos cuando están en apuros”.

“¡No, Dios, no!”, gritó el hombre, ahora un poco más esperanzado. “¡Yo no soy como los demás!

¿Por qué había de serlo, si ya he empezado a creer al haber oído por mí mismo tu Voz? ¿O es que no lo ves? ¡Ahora todo lo que tienes que hacer es salvarme, y yo proclamaré tu nombre hasta los confines de la tierra!”.

“De acuerdo”, dijo la Voz, “Te salvaré. Suelta esa rama”.

“¿Soltar la rama?”, gimió el pobre hombre. “¿Crees que estoy loco?”.

Cuento tomado del libro “LA  ORACIÓN DE LA RANA” del S.J. Anthony de Mello.

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… NOTA: Apreciado amigo, como a ti te gusta leer, te ofrezco como regalo, el primer capítulo de uno de mis libros: LOS CUENTOS DE JULIO.

En sus páginas conocerás paso a paso, la historia de un joven como muchos en el mundo que aprendió a vivir trabajando y estudiando, y que a pesar de las dificultades que se le presentaron en la vida, supo desarrollarse como persona, levantar una familia y hacer muchos amigos.

Verás como Julio destacó frente a los retos, y como sin dejar de ser un joven mantuvo y supo mostrar frente a los demás, su inteligencia y responsabilidad.

Este libro fue escrito con la esperanza de motivar y ayudar a sus lectores, para enfrentar con éxito las situaciones y dificultades que algunas veces se presentan en la vida, el trabajo, las amistades o la familia.

Si lo QUIERES leer, solamente debes ESCRIBIR un email a librosrorolu@gmail.com y te lo enviaré con mucho gusto y sin NINGUN COSTO, a tu dirección de correo. 


 

domingo, 15 de noviembre de 2020

Perfil del Autor, Prologo, Indice y LE DIERON UNA ESCOBA COMO SI FUERA UN FUSIL

 

Buenos días, tardes o noches:

Para darme a conocer, les muestro una síntesis de mi perfil y algo de lo que he escrito. A continuación tienen el Índice, el Prólogo y el cuento número uno, de “LOS CUENTOS DE JULIO” (son 18). Espero les agrade y poder recibir sus recomendaciones y comentarios a: librosrorolu@gmail.com


Perfil del Autor:

Roberto Rolo Luis es un venezolano de 75 años, nacido en Caracas, padre de cuatro hijos, abuelo de ocho nietos y bisabuelo. Es experto en el área de Recursos Humanos, con amplia experiencia en negociaciones colectivas, administración de personal, adiestramiento, comunicación, motivación y manejo de conflictos.

Ha sido conferencista, asesor, profesor y facilitador de varios cursos, talleres y seminarios de motivación y desarrollo personal, y es el creador de los Cursos “Las Ventanas de tu Mente” “Las Leyes Naturales” “El Amor y el Perdón”.

En el año 2017 mientras convalecía de un problema cardiológico, se propuso escribir sus recuerdos y comenzó a tomar notas que luego se convirtieron en textos, que sin querer se transformaron en libros.

Ese mismo año comenzó a escribir “Crónicas del Paraíso” el cual concluyó en el 2018, para seguir y terminar en el 2020, “Ni Cuentos ni poesías”, los “Cuentos de Julio” y “Lo que nos dijo el Abuelo”.

El estilo de sus cuentos y su prosa, se encuentra ubicado entre la narrativa costumbrista venezolana, la siembra de valores en la familia y la motivación.

Sus cuatro libros ya están disponibles en Internet.



LOS CUENTOS DE JULIO.


Prólogo

Estos cuentos tienen la intención de compartir algunas de las experiencias de un joven humilde como muchos en el mundo. Que aprendió a vivir estudiando y haciendo.

Una persona que a pesar de las dificultades, supo levantar a su familia y se destacó por su honestidad y una actitud  positiva permanente. Un joven que sin dejar de ser joven, mostró ante sus jefes, amigos y compañeros, seriedad, inteligencia y responsabilidad.

Tengo la esperanza de que estos cuentos y sus ejemplos, puedan servir para levantar el ánimo de otras personas frente a situaciones que se le puedan presentar en la vida, el trabajo o la familia. Ojalá que así sea.

Creo que he dejado de mencionar anécdotas y personas en estos cuentos, no porque no hayan sido importantes en la vida de Julio, sino que esos momentos y nombres lamentablemente se escaparon de su memoria.

A las personas que compartieron con Julio, como jefes, compañeros y amigos, les doy las gracias en su nombre.

 Quizá no todo fue como aquí se relata, pero sí es como Julio quería que fuera.

! Que Dios les bendiga!


 

INDICE

Pág. 3 y 4. Índice.

Pág. 5. Y le dieron una escoba como si fuera un fusil.

Pág. 15. De una escoba a un laboratorio.

Pág. 32. El último día en la Tintorería.

Pág. 37. Para bailar no hace falta luz.

Pág. 55. Por tocar el “Guiro” y “hacer el coro en una Guaracha.

Pág. 68. Una promesa al Doctor José Gregorio Hernández.

Pág. 84. Dos aumentos de sueldo en un mes.

Pág. 97. Disculpen estoy en el Taller.

Pág. 109. Campana y Ducto en láminas de galvanizado.

Pág. 119. No le gustó el olor de un mango maduro.

Pág. 130. Me dijo que me quedara y él se fue primero.

Pág. 146. Un Decreto presidencial y un nuevo embarazo.

Pág. 157. Marlene tenía el turno de la tarde.

Pág. 170. La Paella Valenciana.

Pág. 185. El Embajador le regaló un Pisapapeles.

Pág. 193. Factor de Éxito, C.A.

Pág. 201. De nuevo en la Cámara de Industriales.

Pág. 205. En la Hacienda Santa Teresa.

Pág. 211. En el CODET

Pág. 219. La estudiante de Periodismo.

Pág. 237. El agua que pasó bajo los puentes.

 

 

Y le dieron una escoba como si fuera un fusil.


Aquel lunes 22 de octubre de 1958 como a las 8 de la mañana y  a 9 meses del derrocamiento de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, las calles de Maracay amanecieron mojadas ya que durante la noche había llovido un poco. En la puerta de los Telares de Maracay se encontraba esperando, una cantidad de personas que aspiraban conseguir un puesto de trabajo en esa importante empresa.

Caminando por la calle Mariño rumbo a la Plaza Girardot venia un joven de unos 14 años, aún sin desayunar, traía una cajita de madera recién hecha bajo el brazo, para limpiar zapatos y llevar algo de dinero para su casa. El sueño de ese muchacho era ofrecer la limpieza del calzado a los caballeros que encontrara sentados en los bancos. Sería su primer trabajo.

Él sabía que una limpiada sencilla le permitiría ganar Bs. 0,50 y que si lo que el cliente quería era una pulida,  serían Bs. 0,75. Con la primera limpiada tenía pensado comprar una empanada y un refresco para desayunar.

Cuando Julio se acercó a la puerta donde estaba la gente esperando pregunto qué pasaba y le dijeron que estaban metiendo personal para trabajar como obreros y que ese día serían como 100 los que iban a ingresar.

El único requisito que pedía la empresa era tener la cédula de identidad y una fotografía de frente, la cual por casualidad  Julio tenía guardada en su cartera junto con su carnet de estudiante del Liceo José Luis Ramos.

¿Y qué pasa, -se preguntó Julio,  si yo me meto en esta cola y encuentro un trabajo como obrero en vez de estar limpiando zapatos?  -Yo tengo 14 años, soy un hombre alto, ya me afeito la cara y a lo mejor cuando hable con ellos creen que tengo más edad y me contratan. Y así lo hizo.

Como a las 11 de la mañana todo nervioso y con muchos deseos de logar el  trabajo, Julio pasó junto con tres señores a la oficina donde estaban entrevistando a los aspirantes. Antes de entrar a la fábrica dejó la caja de limpiar zapatos con uno de los vigilantes y le dijo: “me la cuida” por favor.

La persona encargada de seleccionar al personal era un señor como de 50 años, de pelo castaño, algo gordo y de aspecto bonachón. Cuando le tocó el turno de la entrevista el hombre lo miró por encima de sus lentes y le preguntó:

-¿Cuántos años tiene usted?

-Dieciséis, dijo Julio inmediatamente.

-Pero a personas tan jóvenes como usted no las podemos contratar como obreros. La ley del trabajo no lo permite. ¿Usted no está estudiando?

-No señor, tuve que dejar los estudios de bachillerato hace poco para trabajar y ayudar al sostenimiento de mí casa.

El hombre se quedó en silencio mirando la cara de Julio, pensando en lo que el muchacho le había dicho y quien sabe en quién y qué otras cosas… Y le dijo:

-Mire joven yo lo voy a enganchar bajo mí responsabilidad,  pero usted tiene que prometerme que no va a decir nada de esto a nadie. Que cumplirá puntualmente con su horario y que acatará las instrucciones de sus jefes. Si no lo hace y me llega cualquier queja de su desempeño, esté seguro que lo despido. Lo vamos a contratar como aprendiz y su sueldo para comenzar será de Bs. 5 por cada día.

Deme su cédula y su foto para hacer el expediente y afiliarlo de una vez en el Seguro Social.

Y así fue como aquel 22 de octubre de 1958 se inició la vida de adulto, para un muchacho con sueños de hombre, que apenas había comenzado a transitar las calles de Maracay, pero cargado de responsabilidad y confianza en sí mismo.

El primer día a Julio el corazón no le cabía en el pecho. Frente al reloj de control dio las gracias a Dios y marcó por primera vez en su vida una tarjeta de asistencia, que ya estaba identificada con su nombre y el número de su ficha escrito a mano.

Como los ingresos habían sido muchos en un mismo día, el departamento de personal tenía confusiones sobre a qué departamento de la fábrica debería estar asignada cada persona.

A julio le entregaron un carnet azul con su foto que lo identificaba como trabajador del Departamento de Mantenimiento de Telares de Maracay. Después le dieron dos pantalones y dos camisas de color beige y un impermeable negro.

Luego lo  enviaron al taller mecánico donde lo recibió un ingeniero alemán, que lo primero que preguntó, apenas saludarlo, fue si sabía barrer y casi de inmediato le entregó una escoba. Se la dio de la misma forma en que un oficial le entregaría el fusil a un soldado.

Julio ese día barrió el taller con entusiasmo cuidando no dejar nada sin recoger, de las virutas que se desprendían de los tornos y los trapos y papeles empapados de aceite que dejaban los mecánicos en el piso.

Así estuvo trabajando con su escoba, en medio del interesante ruido que hacían los tornos, las fresas y los cepillos del departamento. Como a las 11 de la mañana  el ingeniero bajó de la oficina y le dijo: Mire joven lo estoy viendo barrer desde hace rato y así no es como se barre: “usted tiene que voltear la escoba de vez en cuando para que se gaste parejo”. -Y Julio aprendió a barrer.

Cuando el muchacho llegó a su casa ya eran como  las 6 de la tarde y encontró a su mamá preocupada, porque él nunca se demoraba tanto en regresar de la calle. Julio la abrazó, le dio un beso en la frente y le dijo:

-Bendición mamá.

-Dios te bendiga hijo.

-¿Que te pasó que te fuiste esta mañana temprano y llegas a esta hora vestido con esa ropa?

-¡Es que encontré un trabajo en los Telares de Maracay, y comencé hoy mismo!

-¡Pero si tú apenas eres un muchacho! -¿Cómo es eso de que estás trabajando en una empresa?

Y Julio le dijo cómo habían sido las cosas, lo agradecido que estaba con el señor que lo entrevistó y las demás experiencias que tuvo que vivir durante ese día.

-Seguro que traes hambre. -¿Qué comiste hoy? 

-Mamá, uno de los compañeros que comenzó conmigo llevaba una arepa grande con queso y al ver que yo no estaba comiendo me dio la mitad de la suya. Eso es lo que traigo en el estómago. Pero de verdad que con las emociones del trabajo ni cuenta me di que no había comido.

-Mañana te desayunas bien antes de salir y te llevas una arepa para que almuerces. -Una persona no debe trabajar sin comer. Anda, échate un baño mientras te preparo algo para que cenes y después les cuentes a tu papá y a tu hermano  todas esas cosas que me dijiste. -Yo sé que se van a alegrar bastante.

Pasó la primera semana y como a las 12 del mediodía del sábado primero de noviembre Julio cobró el primer sueldo de su vida, después de firmar un recibo que indicaba los detalles y el total del dinero devengado en esa semana:

Nombre del Trabajador: Julio Hernández Luis.

Ficha: 22314

Periodo: Del 22 de Octubre de 1958 al 27 de Octubre de 1958

Días trabajados: 6

Domingo / Feriado: 1

Total ingresos: Bs. 35.00

Menos deducciones:

Seguro Social: Bs. 2,45

Cantina: Bs. 0,00

Total a recibir: 32,55

Julio al recibir ese primer pago se sintió muy alegre. Ya tenía algo de dinero para llevar a su casa. Y pensaba: -¿Qué diría su mamá al recibir el primer sueldo de su hijo mayor? -¿Cómo se pondría y que diría su papá?

Julio no tenía bicicleta como muchos de sus compañeros y el autobús lo dejaba lejos de la casa. Por eso decidió irse caminando como siempre lo hacía y con el dinero bien guardado en el bolsillo del pantalón. 

Al llegar a la Calle San Miguel, desde la esquina del Cementerio La Primavera, Julio vio que aún con el calor que había muchas personas estaban visitando y llevando flores a las tumbas de sus difuntos. Y se preguntó: -¿Y si yo hago algo más de dinero antes de llegar a la casa?

Y se le ocurrió comprar una caja de refrescos fríos en la licorería “El Tuqueque” y pedir prestado un destapador. Con el mismo entusiasmo alzó la caja, se la puso al   hombro, y a pleno mediodía entró a ofrecerlos a quienes estaban trabajando en la limpieza de las tumbas y a las que habían ido a visitar a sus deudos.

Los refrescos los compraba a 0,25 céntimos cada uno y como la caja traía 24 botellas tenía que pagar en la licorería 6 bolívares por cada caja, y además dejar 4 bolívares en garantía, por las botellas vacías que deberían regresar completas.

Decidió vender cada refresco a tres lochas, es decir a 0,37 céntimos cada uno y así se ganaría por cada caja 24 lochas, es decir 3 bolívares.

Luego de 4 horas de entrar y salir del cementerio a pleno sol y con su caja al hombro, Julio había vendido 4 cajas de refrescos y había ganado 12 bolívares, que sumados a los 32,25 que se ganó barriendo el taller eran 44,25 bolívares que ahora llevaría para su casa.

La mamá y el papá de Julio se alegraron y lloraron al recibir el dinero de su hijo, que ya no era tan muchacho, pues con apenas 14 años les había demostrado que podía cumplir con sus obligaciones y responsabilidades como cualquier hombre, trabajando para una empresa.



Yo de esta empresa no me voy. Aquí tiene que haber algo que yo aprenda a hacer para quedarme. Voy a hacer amistades y estaré pendiente de lo que escuche de mis compañeros para saber que hicieron para quedarse.

 Si quieres saber lo que pasó después en la vida de Julio, te informo que el próximo cuento tiene por título: “De una escoba a un laboratorio” y es tan motivador y ameno como este. Para recibir información sobre este y los demás libros de Roberto Rolo Luis, te invito a escribir a librosrorolu@gmail.com