sábado, 12 de diciembre de 2020

LO QUE NO SABÍAS: Un tema de conversación para VENEZOLANOS.

  Caribay y las cinco águilas blancas.

Cinco majestuosas águilas blancas dominan la sierra nevada, así lo contó hace más de cien años Tulio Febres Cordero, reflejando uno de los hermosos mitos de Los Andes,  una historia proveniente de la tradición oral de los pueblos originarios de la cordillera andina, que refiere el origen de los elevados riscos cubiertos de nieve, que vigilan desde las alturas velando por todo el pueblo merideño. Cinco águilas blancas que dominan por todo lo alto.


“Hace muchos años en los Andes, nació la primera de las mujeres de los indígenas Mirripuyes, se llamó Caribay. Era hija del Sol, Zuhé, y la Luna, Chía, poseía una de las voces más hermosas del mundo y era capaz de imitar cualquier ave. Un día la joven Caribay, la cual disfrutaba de la contemplación y admiración del bosque y la naturaleza, vio en el cielo cinco grandes águilas blancas de hermoso plumaje.

Deseando contemplar su belleza e incluso adornarse con sus plumas, las siguió. Persiguió a las aves hasta las montañas, hasta los riscos más altos, pero no pudo seguirlas más allá. Entristecida, cantó invocando a Chía, haciendo que llegara la noche y que esta alumbrara la tierra. El cántico triste de Caribay impresionó a los animales incluyendo a las cinco águilas, las cuales descendieron hasta posarse inmóviles cada una en un risco.

Caribay se acercó entonces al risco más cercano, donde intentó tocar a la primera de las águilas. Sin embargo, al acercar la mano se dio cuenta que las aves se habían congelado. Culpable y asustada, Caribay huyó. Mientras huía, Chía oscureció, algo que provocó que el hielo que cubría a las águilas se deshiciera. Despertaron de nuevo, furiosas, sacudiendo y esparciendo sus plumas blancas.

Las aves se sacudieron una y otra vez, llenando de blanco el lugar. Sus alas provocaron una brisa fría, y sus graznidos se expandieron por el eco. La joven Caribay se refugió, pero una vez dejó de oír a las aves se calmó y pudo ver cómo cada uno de los cinco picos se había cubierto de blanco".

Esta hermosa leyenda nos habla del origen de la nieve en los picos venezolanos, así como el graznido del viento y los vientos fríos propios de las cimas de las montañas. El cántico de Caribay, asimismo, nos recuerda al silbido del viento, elemento al que representa.

La imagen es el monumento a las Cinco Águilas Blancas del escultor merideño Ramón Antonio Albornoz López, ubicado en la redoma del sector Vuelta de Lola.


Fuente:  https://psicologiaymente.com/cultura/leyendas-venezolanas  

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