miércoles, 7 de septiembre de 2011

UN SECRETO DE FELICIDAD


Cuando no pongo límites a lo que soy capaz de crear, permito que el bien de Dios se expanda en mi vida. Con ello experimento bendición tras bendición y cada una de ellas es como una semilla lista para dar más –más amor, más salud y más prosperidad. Libre de esos pensamientos limitantes, acojo las ideas divinas, y mi vida reboza del bien de Dios para compartirlo.

No hay comentarios: