viernes, 16 de diciembre de 2011

No te olvides de mi Cumpleaños.


Desde hace más de 2000 años, cada 25 de diciembre, la mayor parte de la humanidad celebra mi cumpleaños. Normalmente hacen una fiesta y supongo que este año sucederá lo mismo.Es bueno saber que al menos un día al año algunas personas se acuerdan de mí.

Cuando empezaron a celebrar mi cumpleaños, era para agradecerme por todo lo que había hecho por ellos, pero ahora, pocos saben por qué y para qué se reúnen ese día.

Recuerdo que en una de estas fiestas, había un cartel, que decía: “Bienvenidos, hoy celebramos el cumpleaños de Jesús”. La decoración era hermosa, la mesa estaba llena de comida y sobre todo, había un montón de regalos.

Me sentí feliz y pensé lo bien que iba a pasar esa noche, hacía mucho tiempo que no disfrutaba de una fiesta en mi honor, como esta.

Comenzaron a llegar los invitados pero noté algo raro. En ninguna de las conversaciones hablaban de mí, nadie me nombró en ningún momento. De pronto todos se sentaron y comenzaron a comer, sin darse cuenta de que no había ninguna silla para mi y ni siquiera dijeron: “Feliz Cumpleaños Jesús”.

Pasaron las horas mientras yo contemplaba la situación desde un rincón. Pensé que alguno de esos regalos podría ser para mí y decidí quedarme y esperar.

Antes de la media noche, llegó un anciano de barbas blancas y todos los niños corrieron hacia el gritando, parecía que el era el encargado de repartir los regalos. 

En ese instante sonaron las campanadas que anunciaban la media noche y todos comenzaron a besarse y abrazarse sin hacerme caso.  Como estaban repartiendo los regalos, me acerqué a ver si alguien me daba el mío, pero nadie me dio nada.

Comprendí que no tenía nada que hacer en esa fiesta y salí con una gran tristeza en mi corazón.

¿Por qué te cuento todo esto?

Te lo cuento porque quiero decirte, que como casi nadie me invita, yo voy a hacer mi propia fiesta. Será una fantástica, maravillosa, como nadie se ha imaginado.

Estoy haciendo los últimos arreglos y enviando las invitaciones. Espero que hayas recibido la tuya, de hecho, constantemente te estoy mandando invitaciones.
 
Si tu quieres estar en mi fiesta, tendrás que decírmelo para reservarte un lugar y escribir tu nombre en mi lista de invitados. Porque aquellos que no respondan a mi invitación no podrán asistir. 

¡Cuanto deseo verte en mi fiesta!

Quisiera que que reconozcas que hace más de 2000 años vine a este mundo para dar mi vida por ti y salvarte. Sólo quiero que creas esto en tu corazón y respondas a mi invitación. 

"Prepárate, porque cuando todo esté listo para la fiesta, te llevaré allí de sorpresa"

¡¡Feliz Navidad!!

Tu amigo, Jesús

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