jueves, 4 de junio de 2020

Un decreto presidencial y un nuevo embarazo.


Cuentos de Julio (12)
Un decreto presidencial y un nuevo embarazo.
Roberto Rolo Luis

Como el taller de “Herrería La Estrella” ahora lo tenía su hermano, a Julio ya no le hacía falta la camioneta Pickup y la cambió por un Volkswagen de color azul claro.

Ese viernes de marzo, de 1977, a primera hora de la mañana entró a la oficina Reinaldo, un joven que cumplía funciones como mensajero interno de la empresa, traía en sus manos un sobre blanco que habían dejado en la vigilancia la tarde del día anterior.
El sobre venía dirigido al Departamento de Adiestramiento de Saviram, C.A, a la atención del señor Julio. Dentro estaba una nota escrita a mano por el señor Milton Hoyt, donde invitaba a Julio y a su esposa a que vinieran a su apartamento esa misma noche, para compartir y conversar sobre algunas cosas relacionadas con su trabajo.

Julio y Carlota asistieron a la invitación. Después de los saludos y de compartir un sabroso jugo de parchita y unas galletas, Milton pasó al estudio con Julio,  y Rosita y Carlota se fueron a conversar cosas de mujeres en el balcón del apartamento.

Milton inició la conversación disculpándose con Julio por haberse tenido que retirar de la empresa, después de haberlo convencido para que se quedara trabajando con él. Le dijo que había recibido una llamada del dueño de la empresa donde trabajaba, para proponerle regresar a su mismo cargo y con una importante mejora en el sueldo, lo cual no pudo rechazar. Julio le dijo, Milton yo supuse que algo así había pasado, lo entiendo y no te preocupes lo importante es que mantenemos nuestra amistad.

Luego Milton le comenzó a referir que había sido miembro de la “Comisión de Educación e Industria de la Cámara de Industriales del Estado Aragua” una comisión que ahora  se había transformado en fundación. Añadió que esa “Comisión Educación Industria” que tenía alcance nacional, había sido creada en El Consejo Venezolano de la industria (CONINDUSTRIA) por iniciativa del Doctor Roberto Salas Capriles, que era su presidente. De allí entonces que las distintas Cámaras regionales comenzaran a crear comisiones similares para contribuir con los objetivos y programas que se estaban generando desde CONINDUSTRIA.

Bueno Julio, esa es mi historia en la cuestión gremial y además soy miembro del Rotary Club de Maracay, pero de eso te hablaré en otra oportunidad, ahora si te voy a dar la información para lo cual te invité a venir esta noche.

-La situación es que la Comisión Educación e Industria, por razones de estrategia, desapareció como figura legal y nació la “Fundación Educación Industria FUNDEI” a nivel nacional, y por ese motivo las Cámaras de Industriales de cada estado ya han comenzado a constituir Capítulos de esa fundación y en este momento ya existen en Aragua, Miranda, Carabobo, Lara, Zulia y Guayana. Y otra cosa,, quizás la más importante, se acaba de promulgar un decreto presidencial, que da nacimiento al Programa Nacional de Pasantías en la Industria (PNPI) que será coordinado y manejado por FUNDEI en todo el país.

 -¿Qué te parece ahora la idea?

-Interesante lo de las pasantías y que las empresas y la educación se acerquen e intercambien conocimientos Milton  -¿Pero dónde crees tú que encajo yo en esta idea?

-Julio, como te dije ya existe “FUNDEI Capitulo Aragua” el cual funcionará en las mismas instalaciones de la “Cámara de Industriales del Estado Aragua” CIEA.  El presidente de FUNDEI en Aragua es el señor José Nosti, quien es mi amigo, es Vicepresidente de CAPACO y uno de los  Directores de la CIEA.

Hasta hace poco las funciones de secretario de la Comisión Educación e Industria de Aragua, las había venido cumplido el señor Ramón Pinedo Pino, quien es excelente persona y periodista del Diario El Aragüeño; pero ahora que hay que coordinar un Programa Nacional de Pasantías, Ramón, responsablemente informó, que  por razones de tiempo no puede encargarse de los dos trabajos. Y el señor Nosti me pidió que lo ayudara a conseguir una persona que se pudiera encargar de esta función. Y yo pienso que tú eres la más indicada.

-¿Qué te parece la idea?

-Gracias Milton por tu confianza y por tenerme en cuenta a pesar de que nos conocemos desde hace muy poco tiempo. Amigo todo eso que me has dicho es nuevo para mí, ese sería un trabajo completamente diferente a lo que he venido haciendo en toda mi vida, sería como comenzar mi vida laboral completamente  de nuevo y por lo que veo no hay nada técnico que resolver y mi experiencia previa no tendría ninguna aplicación. Por lo que veo en este trabajo lo que predomina son asuntos de relaciones públicas, promoción, coordinación y administración. La verdad es que me cuesta un poco aceptar la propuesta que me estás haciendo, y siento que me hace falta más información para estar seguro y poder decidirme.

-Tranquilo Julio, yo había pensado que me dirías algo así y lo entiendo, pero por lo reciente de su creación yo tampoco tengo más información sobre FUNDEI, pero no te preocupes, no hay problema, te voy a presentar al señor José Nosti que es el presidente y la persona que mejor podrá responder a tus inquietudes. Mañana por la mañana  lo llamo para que te reciba  y te aviso.

La reunión con el señor Nosti se realizó a las 8.30 am del miércoles de la semana siguiente, en la Sala de reuniones de la Junta Directiva de CAPACO, en la Av. Aragua de Maracay.

Apenas  llegar fue recibido por una de las secretarias.

- Pase adelante señor Julio y siéntese un momento que ya el señor Nosti viene. -¿Quiere tomar café? 

-Si por favor, tráigame un poquito.

Le trajeron el café y un vaso con agua. La sala era muy  sobria en sus colores y mobiliario, no tenía ventanas que conectaran con otros ambientes de la planta ni de las oficinas, alrededor de una mesa rectangular de madera pulida, había seis sillas tapizadas en tela de color verde. En la pared estaban colgados el mapa de Venezuela y tres cuadros de unos señores, debajo de los cuales estaban sus nombres, recuerdo que los apellidos de dos de ellos, eran Zarraga Tellería y el otro nombre era José Nosti Luis.

-Buen día, dijo extendiendo su mano con energía apenas llegar, soy José Nosti Luis. Disculpe que lo haya hecho esperar un poco pero estaba haciendo un recorrido por la planta. Milton me ha hablado muy bien de usted y lo recomienda para que sea el Coordinador Ejecutivo de FUNDEI Capitulo Aragua. Vamos a conversar un poco para conocernos.

La entrevista duró un poco más de una hora. El señor Nosti era de origen Cubano y tenía más de 40 años en Venezuela, durante toda la reunión se mostró afable con Julio y se interesó por conocer detalles  sobre su vida familiar, le preguntó dónde vivía, donde habían nacido  sus padres, sobre su educación y su experiencia laboral. Julio en vista del carácter abierto y amigable que mostraba el señor Nosti, fue explicando y respondiendo con amplitud todas las preguntas que le fue formulando.

-¿Bueno Julio y usted que quiere usted preguntarme?

-Señor Nosti, Milton me estuvo hablando la semana pasada  sobre la historia y los antecedentes de Fundei, pero sobre la forma de operar y los objetivos que ahora se esperan alcanzar, me dijo que sería usted quien mejor me podría informar. Por eso quiero que me haga una descripción desde su posición como presidente de FUNDEI y lo que se espera que yo haga.

-Mire Julio, debo hablarle con franqueza para que todo quede claro entre nosotros desde el principio, cuando esto era una comisión de la Cámara de Industriales del Estado Aragua yo estaba mejor informado de los detalles operacionales, pero ahora que pasó a ser una fundación que se dirige a nivel nacional, no es mucho lo que conozco o pueda decirle en este momento, de la forma como va a operar. Como usted ya sabe  esto es nuevo y lo mejor que podemos hacer para que aclare sus inquietudes, es que hable con el señor Ramón Pinedo Pino, que es la persona que ha estado con nosotros desde el principio y quien mejor puede responder a sus preguntas. Hágale una vista y luego conversamos.

-Me parece bien señor Nosti, yo pienso que para poder tener éxito en este trabajo o en cualquier otro que yo acepte, primero debo tener una idea de lo que se espera de mí y los objetivos que se persiguen para poder identificarme con ellos y así poder tener mi propio plan de acción como empleado. Hablaré con el señor Ramón Pinedo y le llamaré.

Esa era la primera vez que Julio iba a las instalaciones de la CIEA, que estaban ubicadas en los locales 11 y 12 en la mezzanina del edificio CAPCIMIDE, en Maracay.

Ramón Pinedo Pino era un señor de edad, quien lo recibió muy amigablemente en la recepción de la CIEA, donde se sentaron a conversar. Después de los temas preliminares para irse conociendo, el señor Pinedo le dijo a Julio que a él le gustaba lo que hacía, pero que por razones de tiempo no podría combinar el trabajo de la fundación, con su cargo de periodista en el Diario El Aragüeño.
Refirió que FUNDEI nacional había realizado el año pasado una encuesta en todas las empresas del país,  para ponderar las necesidades de pasantes que pudieran tener las empresas, y que esa información sería el soporte para dar inicio a un programa nacional de pasantías, pero en Aragua hasta ese momento, no se habían recibido ningún lineamiento y por eso es que no había nada comenzado.

Los documentos y archivos que estaban relacionados con la anterior Comisión y ahora con la Fundación, estaban guardados en una caja  de cartón, donde estaban también las actas de las reuniones de la antigua comisión educación industria y otros documentos que se habían venido generando y recibiendo.

-El señor Nosti me dijo ayer que lo informara de todo y que le diera copia de lo que usted pidiera, por eso es mejor que sea usted mismo quien revise la caja donde están los documentos y diga cuales quiere que le saquen copia. Como usted ve señor Julio esto está comenzando,  no tenemos papelería y aún no se ha definido cuál será el espacio de estas oficinas que utilizará FUNDEI, ni de dónde saldrán los recursos para pagar el sueldo al personal que se contrate.

-¿Y usted va dejar su trabajo en SAVIRAM para aceptar este puesto?

Julio no respondió y se llevó para su casa una copia del Decreto presidencial 1982, los estatutos de FUNDEI, y otras carpetas con folletos, actas y documentos.

Al llegar, Carlota le preguntó para qué era ese montón de papeles que traía, y Julio le explicó las entrevistas que había tenido y algunos detalles del trabajo que le estaban ofreciendo.

-¿Y a ti cómo te fue con el medico esta mañana, que te dijo?

-Agárrate Julio, me dijo que estoy embarazada.

Y esto continúa…




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